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Legalítika y su propuesta de ingeniería legal

  • 22 Abr 2019
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Luego de diez años de ejercer como abogado tradicional, José Rodríguez se sentía un tanto aburrido y había detectado que las oportunidades profesionales y laborales eran cada vez menores ante una competencia voraz y unos precios por sus servicios cada vez más a la baja. Pero esa conexión que siempre había tenido con la tecnología lo llevó a repensar un modelo de negocio innovador para ofrecer los servicios legales desde otra perspectiva.

 

En el 2016 comenzó a investigar qué estaba pasando en temas de innovación legal tecnológica en países como Estados Unidos, Inglaterra, Canadá y Australia. “Pude ver hacia dónde evolucionaba la industria de los servicios legales y la tecnología que se utilizaba”, recuerda.

 

“Yo ya no le llamo el futuro del abogado, sino que es hoy”, resalta el fundador y CEO de Legalítika. En los pénsum de las universidades internacionales más prestigiosas se puede encontrar programación para abogados. Una de las propuestas, señala, es que este profesional se convierta en un ingeniero legal de transacciones. Eso puede sonar complejo, pero se puede entender al concebirlo en forma de T.

 

En la base de la T se encuentra todo su conocimiento académico y la práctica jurídica, pero en la parte de arriba debe tener, por lo menos, otros cuatro o cinco elementos adicionales para ser más competitivo en la era digital, y son esos los servicios que Legalítika ofrece en su portafolio.

 

Servicios innovadores

 

El primero es Legal Design, o desing thinking  aplicado al mundo legal. Es decir que ofrece herramientas para comunicar información legal compleja de una manera más entendible, al utilizar visualizaciones, pantallas e iconografía en lugar de solo papeles. Otro servicio es Analítica de Datos, que en el mundo legal se ocupa para analizar una serie de documentos como contratos, resoluciones judiciales y toda esa información que requiere mucho tiempo para procesarse, pero que con diversas plataformas puede hacerse de manera más eficiente, como interpretar las resoluciones judiciales de un tribunal a lo largo de los últimos diez años, por ejemplo.

 

También se enfoca en la automatización de tareas o documentos. Para eso ofrecen plataformas de automatización de flujos y procesos legales, como el caso de un contrato de arrendamiento que por regla general es redactado por el abogado y a veces es un proceso complejo que puede llevar varios días. Pero con este servicio se puede resolver en menor tiempo. También hay plataformas para visualizar en una línea de tiempo un proceso judicial, que muestra las diferentes etapas y ayuda para tener siempre presentes los plazos de entrega.

 

La cuarta línea de negocio es un software CRM (Customer Relationship Management) para el manejo de relaciones con los clientes, pero especialmente diseñado para abogados. Se trata de una plataforma de eficiencia legal que permite llevar al día todo el trabajo administrativo interno de la firma, desde la facturación hasta el proceso de un caso judicial.

 

Rodríguez explica que ya se preparan para lanzar dos productos más, el primero un programa de entrenamiento a través de realidad virtual, con el que recrearán escenarios de entrenamiento y de trabajo profesional para el abogado, como una sala de audiencias, por ejemplo. Su segmento de mercado en este caso serían las universidades, pero aún hace falta explorar más el mercado.

 

Otro tiene que ver con el blockchain y el smart contract. Un contrato puede ser almacenado en una plataforma de blockchain y ya no necesita firmarse en papel en ninguna parte del proceso. “Una relación contractual y comercial puede ser ejecutada con tecnología desde la negociación de términos hasta cualquier modificación posible”, revela Rodríguez. Pero él sabe que para avanzar en ese sentido las leyes aún deben evolucionar en El Salvador, como es el caso de la Ley de Firma Electrónica que aún no logra concretarse su aplicación.

 

La única en el país

Rodríguez recalca que su empresa no ofrece servicios legales para la población, sino que sus clientes son las firmas legales y los abogados independientes que quieren abrazar y ser parte de esa tendencia tecnológica. “Ese será el camino para ser competitivo en los próximos 5-10 años”, sostiene.

 

Por ahora, Legalítika parece ser la única en El Salvador que revoluciona los servicios legales con el uso de la tecnología. Incluso en la región aún resulta novedoso, pues por ahora solo han identificado las mismas experiencias en Costa Rica. “Les llamamos promotores de la innovación legal, y para nosotros es fabuloso encontrar a otros que hacen lo mismo, porque eso ayuda a difundir el mismo mensaje”, dice el fundador la startup.

 

Sobre el recelo que aún existe para adoptarla, Rodríguez dice que muchos abogados aún consideran que esa revolución de la que ya se empieza a hablar vendrá a quitarles el trabajo. Pero no, se trata, reseña, de herramientas que hacen más eficiente el trabajo del abogado al liberar todas aquellas actividades tediosas y mecánicas para, en cambio, dedicarse a planificar la estrategia legal para sus clientes.

 

A un poco más de un año de haberse formalizado, Legalítika acaba de abrir operaciones en Guatemala y para el mediano plazo se proyecta abrir oficinas en Costa Rica. Por ahora uno de sus grandes retos es cambiar la mentalidad del abogado, para que pueda entender que sí es posible ofertar sus servicios de manera innovadora. Otro es superar las limitantes que por ahora suponen las leyes existentes, o la falta de normativa que regule esos pasos hacia la innovación que se debe dar en la industria legal.

 

Y esa tendencia trae a la mesa una nueva generación de profesionales competitivos para cubrir nuevos puestos de trabajo, como un diseñador legal que además de redactar contratos pueda generar visualización de estos; o un analista de datos legales que conozca o pueda ser formado en temas de estadística, probabilidad y análisis de datos para encontrar patrones, predecir mejor el resultado de un caso y preparar mejores estrategias judiciales.

 

Con Lekalítica, Rodríguez tiene ahora menos tiempo para aburrirse, pues la tecnología para el uso legal le sigue dando cada vez más posibilidades de aprendizaje. “Ahora me interesa cada vez menos ir a un curso de iniciativa o de reforma de ley”, afirma. Y en cambio, piensa cada vez más en cada estrategia y herramienta que sume a su empresa legal en forma de T.

 

Review

 

Cuatro servicios

 

1-   Legal Design o design thinking.

2-   Analítica de Datos.

3-   Automatización de tareas o documentos.

4-   Software CRM para abogados.



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