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Mentes brillantes exportan software desde El Salvador

  • 11 Feb 2019
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José Luis Giammattei y Darwin Romero están haciendo algo sin precedentes en el país, a través de su empresa Applaudo Studios están impulsando el desarrollo del software pero a un nivel muy interesante de exportación, que los podría llevar, en poco tiempo, a convertirse en referentes de esta industria desde El Salvador.

 

Y eso es algo muy significativo, si se toma en cuenta que desde el 2015 aparecen en la lista de Forbes como una de las empresas más innovadoras en servicios de desarrollo de software; y que en cinco años años ya han realizado unos 80 proyectos para reconocidas compañías como Fox, Mayo Clinic, la casa farmacéutica Pfizer, varios aeropuertos, Coca Cola, Hyatt, Marriot y otras más que destacan en Fortune 500. Y lo más trascendental de eso es que los cerebros detrás de esas aplicaciones han sido, especialmente, ingenieros de El Salvador.

 

Sus clientes están con mayor énfasis en Estados Unidos, aunque la globalización los ha llevado a ofrecer sus servicios en Europa, Latinoamérica y hasta África y Dubái. “Nuestra estrategia ha sido elevar la ejecución y el profesionalismo para que los estadounidenses no encuentren ninguna diferencia en las herramientas y los procesos”, explica José Luis. “Somos una réplica de lo que podemos encontrar en una empresa de desarrollo de software en ese país”, agrega con decisión.

 

José Luis, de 37 años, descubrió su pasión por la tecnología cuando apenas tenía 9, y su padre le compró la primera computadora que él utilizaba para entretenerse con los únicos dos juegos que tenía instalados, pues eran tiempos que no se había proliferado el servicio de internet. Pocos años después descubrió que lo suyo era la infraestructura, los componentes, la configuración y las redes.

 

“Me fui del lado más técnico, donde no es mucho de crear sino de implementar”, sostiene José Luis, mientras evoca sus primeros pasos en el mundo de las TIC. Siguiendo su inclinación ingresó a la universidad para estudiar ingeniería en Sistemas, pero al cuarto año la dejó por una Administración de Empresas, y eso lo llevó a una dinámica más administrativa en su puesto de trabajo, pero siempre en el campo que a él lo hacía feliz.

 

La receta perfecta

Sus habilidades y experiencia junto a las de Darwin Romero, quien había estado involucrado en el área más estratégica de las TIC, conformaron la receta perfecta para tomar la decisión de emprender. Se habían conocido mientras trabajaban en DELL, pero las circunstancias los habían llevado por caminos diferentes cuando por medio de un correo y una llamada telefónica comentaron sobre la propuesta que le había hecho a Darwin un excompañero, quien había fundado una empresa de desarrollo de software en Estados Unidos.

 

Este emprendedor estadounidense recibía los servicios de una empresa en India, que en realidad les estaba dando mala atención. Entonces él le planteó a Darwin lo siguiente: ¿por qué no aprovechar el talento que hay en El Salvador? Esa solicitud se convirtió en el inicio de Applaudo Studios, la tercerización de dos programadores para un cliente del país del norte.

 

El primer año les sirvió, cuenta José Luis, para validar el negocio, pues aun sin dejar sus respectivos empleos comprobaron que el talento salvadoreño podía ingresar al mercado de procesos complejos de alto valor agregado. “Vimos que era algo rentable, que había una buena oportunidad de darle mejores empleo a los jóvenes”, relata. Y entonces tomaron la decisión de renunciar, crear Applaudo Studios y pensar en grande de allí para allá.

 

Cinco años han pasado desde entonces, y aquella empresa que inició de la fusión de experiencias de dos amigos ahora cuenta con 70 colaboradores. Sus operaciones principales se encuentran en El Salvador, y en menor medida en Guadalajara, México. Su representación comercial se ubica en Austin, Texas, Estados Unidos, en donde se ha establecido la vicepresidencia comercial que está a cargo de una estadounidense. También realizan operaciones menores en Costa Rica, Argentina y Guatemala.

 

Su trabajo se centra en dos líneas de negocio, una es ofrecer servicios de desarrollo (una parte del proceso) y la otra es vender proyectos, es decir ejecutar una solución completa que puede incluir el diseño gráfico y arquitectónico, el desarrollo, el control de calidad y la puesta en marcha en la nube.

 

Su estrategia de negocio se ha basado en la exportación de aplicaciones móviles y web. “Creemos que esa es la mejor apuesta que puede hacer el país, para no depender de los cambios políticos y económicos que aquí se suelen dar”, señala José Luis. “Y qué mejor que sean habilidades, intelecto, volvernos un polo de desarrollo de mano de obra de calidad”, añade, desde las oficinas establecidas en El Salvador.

 

Apuesta por mentes brillantes

 

El cofundador de Applaudo Studios refiere que entre sus apuestas más grandes está el abrir un centro de entrenamiento en el corto plazo, esto con el fin de fabricar su propia mano de obra. La idea es contar con 250 colaboradores para el 2020. Como primer paso piensan contratar a 100 ingenieros salvadoreños en los próximos 18 meses, con una inversión de más de US$ 3 millones anuales en procesos de entrenamiento, formación, capacitación y herramientas de producción. Se prevé que estos sean los jóvenes más brillantes en el área de desarrollo de software y aplicativos móviles que estén basados en el país.

 

La búsqueda de talento está enfocada en un programador joven, dispuesto a adaptarse a las tecnologías nuevas de colaboración abierta. José Luis explica que mucho desarrollador salvadoreño aún se enfoca en tecnologías Microsoft y Oracle, que son las que han demandado las corporaciones locales. Pero en el mundo las necesidades están cambiando, todo se está moviendo a la nube, por ejemplo. Si bien las tecnologías tradicionales se adaptan, son las de colaboración abierta las que permiten hacer proyectos a menor costo, de forma más rápida y con mayor eficiencia.

 

“No es que estemos cerrados a la gente que tiene varios años de experiencia, de hecho tenemos; pero en el mundo móvil enseñarle a alguien a programar para Android y Iphone implica hacerlo desde cero”, admite José Luis.

Entre los proyectos que trabajan en la actualidad se encuentra una aplicación que desarrollan para la empresa basada en Chicago, Benchmark Analitic, apoyada por el fondo de la compañía estadounidense Tesla. Esta consiste en hacer una plataforma para administrar estaciones de policía, que permitiría estarlos capacitando y garantizar que desarrollen sus funciones apegados a la ley. La app ya tiene los primeros clientes y se espera que pueda extenderse en todo el país.

 

Además de montar el centro de entrenamiento, José Luis refiere que entre sus perspectivas está seguir creciendo arriba del doble como lo han venido haciendo cada año. A eso podría contribuir la oficina comercial abrirían próximamente en Chile, un mercado que ya han comenzado a explorar. “Pero la empleabilidad de desarrolladores queremos concentrarla en El Salvador”, refiere.

 

En las oficinas de Applaudo Studios no solo el producto que exportan cumple con los estándares estadounidenses, sino también el ambiente laboral en el que los colaboradores se desenvuelven, que es relajado, con áreas donde desestresarse y con horarios bastante flexibles. “Si un día queremos no venimos a la oficina, trabajamos desde la casa. O si alguien dice quiero ir a ver a mi tía a Los Ángeles, voy a trabajar desde allá, lo hace. Trabajamos cloud services, aunque a ellos les encanta estar aquí para compartir conocimiento”, sostiene. Otro dato curioso es que la rotación allí casi no existe.

 

Eso habla de lo interesante que resulta para los jóvenes trabajar en Applaudo Studios, quienes en su mayoría son ingenieros procedentes de todos los departamentos del país trabajando para diversos clientes de Estados Unidos. “Son mentes brillantes que con los procesos y las herramientas adecuadas trabajan desde nuestras oficinas junto a ingenieros graduados de Stanford, MIT y otras prestigiosas universidades del mundo”, dice con entusiasmo José Luis, quien ya se siente orgulloso de haber iniciado un proceso interesante para desarrollar la industria del software desde El Salvador.



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