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Educación financiera, ¿qué gana un país?

  • 29 Jul 2020
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¿Cómo la educación financiera puede hacer posible que la economía de un país crezca? Otto Boris Rodríguez, vicepresidente del Banco Central de Reserva (BCR), puntualiza al respecto.

 

Y Rodríguez lo dice sin reservas. “Una población educada en temas financieros es la mejor solución para prevenir crisis al respecto”. De hecho, fue luego de la crisis inmobiliaria de 2008 que el tema cobró mayor relevancia no solo en Estados Unidos, sino a nivel mundial. Y El Salvador no ha sido la excepción.

 

La estabilidad del sistema financiero se mejora desde el lado de las personas si estas conocen bien el uso de los productos bancarios. Por ejemplo, el mercado de créditos se vuelve más competitivo en la medida que los usuarios buscan mejores tasas de interés. “Cuando alguien paga una tasa de interés del 20% y se da cuenta que en otro banco solo debe desembolsar el 15%, lo más seguro es que se pase al que le ofrece más ventajas”, dice Rodríguez. Eso obliga al primero a equipararse para no quedarse rezagado.

 

En consecuencia, los bancos van percibiendo menos riesgo de otorgar crédito a una persona financieramente educada, y en esa media la economía crece más, de eso no queda duda. En cambio, lo contrario de eso no solo ha desencadenado pérdidas en inversiones financieras, sino que ha habido quiebra de cooperativas; y qué decir cuando las personas se endeudan sin tener un plan de pago, hacen uso indiscriminado de las tarjetas de crédito hasta asfixiarse o pierden sus casas porque no han sido ordenados en sus finanzas.

 

Política pública necesaria

 

Para Rodríguez, la educación financiera se ha vuelto una política pública necesaria en los últimos años, sobre todo en momentos que con el avance de la tecnología los productos bancarios son más sofisticados. “Estamos yendo a un mundo donde todos los servicios financieros van a utilizarse a través del celular, llegará un momento en que casi no habrá cajeros automáticos y habrá menos agencias bancarias”, destaca. Eso implica que el componente de educación financiera debe incluir formar a las personas en una era de digitalización de este tipo de servicios.

 

El Programa de Educación Financiera de El Salvador (PEF), liderado por el Banco Central de Reserva, cumplió ya 10 años de incidir en el tema, con el objetivo de fortalecer las capacidades financieras de la población. Integrado por nueve entidades, esta política pública ha trascendiendo más allá de capacitar a grupos de estudiantes o a empleados gubernamentales. Entre las apuestas para este año, explica Rodríguez, está formar en el tema por lo menos a la cuarta parte de los 48 mil profesores que existen en el sistema educativo; así como incluir la educación financiera como un eje transversal en la currícula escolar.

 

Los retos en esta área aún siguen siendo grandes. Una encuesta realizada por el BCR en el 2016 reveló que un gran porcentaje de la población no tiene conocimiento financiero, sobre todo en las áreas rurales donde existe menos acceso a la información y ha resultado más difícil llegar con el PEF. En ese mismo estudio se determinó que las mujeres son mejores ahorradoras que los hombres, a pesar de que son las que tienen menos acceso a cuentas bancarias. Además, son mejores administradoras y gestoras de los negocios.

 

Más del 70% de la población no tenía acceso a servicios financieros en el 2016, de hecho solo el 23% contaba con una cuenta bancaria. “Y eso es una dificultad, porque cómo la gente va a conocer un producto cuando nunca lo ha tenido en sus manos”, asevera Rodríguez. Quizá han visto una tarjeta de crédito pero nunca la han utilizado, conocen un cajero pero no saben cómo se usa, a lo sumo han hecho alguna transferencia como cobro de remesas o pago de alguna factura.

 

Más inclusión financiera

 

Y eso abre grandes desafíos para capacitarlos al respecto, pues cómo enseñarles sobre algo que nunca han experimentado, se cuestiona el representante del BCR. Entonces, otra de las apuestas es procurar que la regulación permita que más personas tengan acceso a los servicios financieros a través de la apertura de una cuenta con requisitos simplificados y a través de un celular, por ejemplo que no se requiera el NIT para abrirla. “Lo que queremos es ir a la par y enseñarles la cultura del ahorro y sobre cómo deben utilizar los diferentes productos, incluyendo un crédito”, considera Rodríguez.

 

En los últimos tres años, el Programa de Educación Financiera se ha trabajado con gran énfasis en las escuelas, pues la mejor forma de prevenir las crisis es educar desde la infancia. La capacidad de ahorro, sostiene Rodríguez, no depende de cuánto se gane, pues muchas veces ahorrar un dólar puede hacer la diferencia. “No es tanto el ingreso, sino la cultura”, destaca. En el tiempo eso es lo que da la independencia de poder soportar cualquier imprevisto.

 

En una edad laboral intermedia el PEF se enfoca en que la gente aprenda sobre productos como las tarjetas de crédito, las cuentas de ahorro, las diferentes líneas de crédito, cómo mejorar el control de sus créditos y cómo consolidar una deuda; mientras que en el caso de los niños se centra más en la cultura del ahorro, para que sepan cómo ayudarles a sus padres a armar presupuestos familiares, por ejemplo.

 

Sobre los impactos logrados con el programa, el representante del BCR cree que, sin duda, algunas crisis financieras se han evitado, aunque no hay mediciones al respecto. Pero a su juicio, la tecnología avanza a pasos agigantados, incluso hay personas en el país que invierten en Bitcoin, algo que tiene riesgos insospechados. “Piensan que es una manera de hacerse rico, cuando eso es casi un accidente”, señala. Sobre eso, ya se dice que podría ser el responsable de la nueva crisis financiera.

 

“La evolución de la tecnología financiera nos está dejando una gran brecha”, admite Rodríguez. Hace falta ampliar el alcance de la educación financiera para las personas asalariadas que ya utilizan los servicios, pero detrás de ellos viene un grupo de gente que aunque aún no tiene acceso se busca incluirlo. “Una vez que los incorporemos tenemos el desafío de educarlos, para no correr el riesgo de que hagan un mal uso de los productos financieros”, agrega. 

 

Resultados del PEF

 

De acuerdo al BCR, de 2010 (un año después de inaugurar el programa en agosto de 2009) a 2018 se han capacitado 75,262 salvadoreños, entre niños, jóvenes y adultos. Solo en el 2018 el número de personas que recibió educación financiera se distribuyó de la siguiente forma:

 

Capacitados

Asistentes

Porcentaje

Niños

21981

79%

Jóvenes

1919

7%

Adultos

3867

14%

Total anual

27767

100%




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