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El rebrote del Covid-19 deja a Hong Kong en la incertidumbre

  • 17 Mar 2022
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Después de mantener el Covid-19 a raya durante casi dos años, las autoridades de Hong Kong no han podido controlar un brote impulsado por la variante Ómicron. La cantidad de personas contagiadas es tal que no hay suficientes conductores para los autobuses y el metro de la ciudad. Las restricciones se extienden y aumenta la incertidumbre entre los habitantes sobre un cierre total.

Postal pandémica. Las restricciones del Covid-19 han absorbido gran parte de la energía de Hong Kong, una isla cosmopolita conocida por sus luces de neón y sus densas multitudes.

A medida que un rebrote del virus de la variante Ómicron abruma a la región, es difícil para sus 7,4 millones de residentes saber qué pasará en las próximas semanas.

El último cierre, anunciado por el Gobierno local este miércoles 16 de marzo, abarca a las playas públicas. Y en medio del aumento de contagios junto a las normativas de aislamiento, decenas de tiendas han cerrado temporalmente por no tener suficientes empleados, luego de que sus trabajadores dieran positivo.

Los ciudadanos se encuentran con menos trenes subterráneos y autobuses en funcionamiento ya que cientos de sus conductores también contrajeron la enfermedad.

Las infecciones entre los camioneros interrumpieron los envíos de carne y verduras desde China continental, lo que generó preocupaciones sobre la escasez de algunos productos.

La pandemia ha puesto de rodillas a muchas empresas. Algunas compañías multinacionales se han trasladado fuera de Hong Kong, mientras que otras han enviado temporalmente a altos ejecutivos a otro lugar en medio de la incertidumbre.

Los restaurantes sobreviven con nuevas limitaciones de vender comida para llevar, cuando las entregas a domicilio después de las 6:00 p.m. han vuelto a quedar suspendidas.

A los salones de belleza se les permitió reabrir recientemente, pero se ordenó el cierre de gimnasios y bares en enero y no volverían a abrir hasta al menos después de mediados de abril.

Un sistema de salud colapsado

Lo más preocupante es que el aparato sanitario se encuentra sobrecargado, lo que significa con frecuencia que aquellos que contraen el virus deben valerse por sí mismos al no encontrar más espacio en los centros médicos. A la par, el número de muertes sigue en aumento.

“Es una situación de impotencia (…) Solo podemos contar con nosotros mismos”, dijo Wong Wing-tsang, una madre soltera que pasó días tratando de conseguir una cita médica para su hija de 10 años que dio positivo a principios de marzo.

En las últimas 24 horas, Hong Kong reportó 29.272 nuevos casos y 217 muertes. El martes, registró 27.765 contagios y 228 fallecimientos.

El aumento de contagios, aseguran las autoridades locales, está especialmente impulsado por la variante Ómicron, que ha hecho retroceder los esfuerzos con los que Hong Kong mantuvo controlada la pandemia en los dos primeros años de su aparición.

 “Esta es una situación sin precedentes”, dijo Lam anteriormente al referirse a que el brote había superado la capacidad de respuesta del Gobierno regional.

La incertidumbre se apodera de los hongkoneses

China ha respondido enviando expertos, personal médico y equipos de construcción para aumentar la capacidad hospitalaria, pero también estas acciones generan temores de que Hong Kong pueda adoptar duras restricciones al estilo del Gobierno de Xi Jinping, en particular sus bloqueos de ciudades enteras.

Los residentes señalan que el Ejecutivo de Carrie Lam envía mensajes contradictorios sobre si encerrará a toda la población para la realización de pruebas masivas para la detección de casos.

“Honestamente, creo que las políticas gubernamentales siguen cambiando todo el tiempo y son difíciles de seguir para los residentes (…) No sabemos si un anuncio es real o no. Realmente nos hace sentir muy preocupados”, afirmó Alison Hui, una residente de Hong Kong.




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