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Grande, como su entusiasmo y sus sueños

  • 16 Ene 2019
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Desde las oficinas de Tigo El Salvador, en donde día a día se desenvuelve como el CEO de esta multinacional, busca crear estrategias que se centren en el cliente y una mayor innovación en el servicio. Grande rememora los inicios de su carrera profesional dentro del rubro financiero y administrativo, y ese vaivén en el mundo de los negocios lo llevó, años más tarde, a representar una de las compañías de telecomunicaciones con presencia en América y África. Además, nos cuenta un poco sobre su vida personal, que inició en la capital, hace 41 años.

 

Grande aprendió a ser líder con su hermano desde pequeño, que es dos años menor. Deja escapar una sonrisa al recordar que colocaba la llave de la casa en una cuerda de zapatos sobre su cuello, mientras jugaba fútbol o patineta con su hermano, así él se aseguraba de divertirse y de no quedarse fuera de casa mientras sus padres trabajaban. “Tuve la bendición de tener el balance ideal entre valores y disciplina. Mi padre era el de la disciplina, el orden y la importancia de la puntualidad. Mi madre, por el otro lado, era quien inculcaba los valores, el respeto y la compasión por las personas”, dice.

 

Desde edad temprana sintió la necesidad de retribuir a sus padres el esfuerzo de darles todo lo necesario a él y a su hermano, con quien siempre tenía las más divertidas aventuras y desarrolló una “infancia muy bonita”. En tiempos que El Salvador no se caracterizaba por tener las mejores oportunidades para los jóvenes, e inspirado por la parte numérica, el análisis financiero y su espíritu soñador, le apostó a una carrera que le permitiera ser empleable lo más rápido posible, fue así como decidió estudiar Contaduría Pública en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas.

 

Mientras cursaba su carrera, aun sin buscarlo, a la edad de 19 años se le presenta la oportunidad de trabajar en un despacho contable con la motivación clara de ser autosostenible en el más corto plazo. “Luego pasé a una oficina de inversiones donde pude aprender sobre el giro de la compañía, las finanzas y del área productiva”, agrega el alto ejecutivo de la compañía de telecomunicaciones.

 

“Hay ángeles en el camino que permiten hacer cambios en el momento más adecuado”, reflexiona Grande, quien hace hincapié en que gracias a Dios se ha encontrado con esos ángeles que le han permitido gozar siempre de un empleo sin buscarlo. Nuevamente, se le presenta una oportunidad de empleo para formar parte de SabMiller, en ese entonces la segunda cervecera más grande del mundo. “Durante los primeros años que estuve en Industrias La Constancia aprendí a controlar mi impaciencia de querer comerme el mundo, también a disfrutar cada momento, incluyendo el conectar con las personas”, agrega. “Yo quería ser CFO (Chief Financial Officer) ya, pero una charla con un director me hizo ver que no tenía que correr, sino disfrutar, caminar”.

 

Luego, al liderar desde Colombia un nuevo proyecto de la misma empresa, a su regreso le esperaba su ansiado sueño de ser CFO. “Qué bonito sería regresar a mi país con una posición tan linda como esa”, pensó en esa ocasión. “Y para mi sorpresa, mi sueño se hacía realidad a mis 31 años”, recuerda.

 

Luego de lograr sus sueños y metas laborales, su formación académica debía seguir creciendo y puliéndose, y eso lo lleva a optar por una nueva maestría, y como cereza del pastel un máster en Administración y Dirección de Empresas de la escuela de negocios INCAE. Al terminar sus estudios, un nuevo sueño se miraba en el sendero: ser CEO de una empresa.

 

Ahora, con tres meses desde su nombramiento como CEO de Tigo El Salvador, Grande tiene entre sus metas más cercanas seguir aprendiendo de todo y de todos, y continuar en la búsqueda de su próximo sueño y conquistarlo con éxito, demostrando que el ser salvadoreño no es ninguna limitante.

 

“Con visión para hacer las cosas”

 

Además de cumplir sus metas profesionales, paralelamente, él cumplía el sueño de ser padre a la temprana edad de 21 años. Alma, su esposa, siempre ha sido el apoyo, el aire liviano y sereno en la tormenta. Padre de cuatro hijos: Alejandro (20 años), Antonio (17), Martín (8) y David (3), comenta que para balancear el rol de padre y profesional es importante la disciplina, con una visión para hacer las cosas; y lo más importante es encontrar el tiempo para compartir en familia.

 

Grande se considera un hombre comprometido, pero con la idea clara de que su familia es un pilar importante, por eso ahora trata de dedicarle el mayor tiempo posible. Luego de las 6:30 pm, él decide alejarse del ambiente de trabajo e ir a cenar con su familia, ya que no volvería a los tiempos en que salía y entraba a casa aún cuando sus hijos estaban dormidos.

 

Como padre se considera una persona empática, trata de analizar el momento y la etapa por la que se encuentran sus hijos. “Sé que cada etapa es diferente, yo ya pasé por eso y les hago ver las cosas desde una perspectiva más general, sin perder la formación en valores y hacer siempre lo correcto”, resalta. Como profesional aún le queda mucho por aprender, pues cree que el aprendizaje es un viaje continuo y permanente.

 

Inspirar al equipo es la clave

 

Grande afirma que Tigo va más allá de crear una relación únicamente de negocios, en los que se solo se realiza la contratación de servicios residenciales o corporativos. La empresa de telecomunicaciones va encaminada a cosechar aliados y a crear sinergias entre el equipo de trabajo y operaciones con los clientes. “Tenemos una plataforma que nos permite ver en tiempo real qué debemos mejorar para seguir innovando, de esta manera, el ecosistema del negocio tendrá las alertas que servirán de guía para resolver de mejor manera los inconvenientes del cliente”, dice.

 

Tener una cultura corporativa activa es lo más importante que un líder puede ofrecer, y como parte de su trayectoria profesional aprendió que inspirar a la gente es una tarea diaria, y más cuando se trata de un grupo millennial que es más exigente y busca rodearse de un ambiente que le permita desarrollarse y crecer. Grande define la cultura de Tigo como relajada y casual, y no solo se refiere a la vestimenta, sino a tener una cultura de “puertas abiertas”, donde todo aquel que tenga dudas y sugerencias puede acercarse a él y abordar el tema. “El talento humano es nuestra materia prima más importante, y el ofrecerles la calificación de Great Place to Work nos permite tener una mayor conexión e inspiración al trabajar”, reitera.

 

La comunicación de un líder no debe ser impositiva, sino cordial. Tampoco debe existir un esquema protocolario para brindar ayuda. El sistema de comunicación vertical ya no debe formar parte de las empresas, sino que esta debe ser más fluida, al punto que permita a los colaboradores tener la confianza necesaria para proponer nuevas ideas.

 

“Quien marca la diferencia es la gente, y en TIGO sabemos que quiénes movilizan el negocio no son las máquinas, es la inteligencia y el talento de nuestra gente”, expresa Grande.

 



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