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Mujeres con estudios superiores con mejores oportunidades en América Latina

  • 17 Sep 2019
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Aunque la tasa de participación laboral de las mujeres ha venido aumentando gradualmente en América Latina, este crecimiento se desaceleró considerablemente con respecto al siglo pasado según lo informado por la Cepal, que muestra que, mientras en los noventa las tasas ascendieron a más de 4% anual en varios países, desde el año 2000 los aumentos fueron menores al 2% anual en todos los países, excepto en Nicaragua y Honduras.

 

De acuerdo con un estudio sobre las mujeres en el mundo del trabajo de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), las categorías ocupacionales que registran una brecha salarial más alta, entre 25% y 30%, son los artesanos y peones, operadores de máquinas, y científicos.

 

En el caso de los últimos, la brecha salarial se dispara a cifras mayores del 40%, mientras que, en el caso de trabajadores dependientes, la diferencia salarial bordea el 25%.

 

Sin embargo, en términos generales las mujeres en América Latina han avanzado en distintos ambitos. De hecho, se considera que una de las regiones que más avanzó en igualdad de género a nivel mundial fue América Latina.

 

Su índice actual de paridad creció más que la media mundial, según el Foro Económico Mundial, y se sitúa en el 0.8 (en que cero significa desigualdad total y 1 significa paridad entre hombres y mujeres).

 

No obstante, el organismo prevé que la igualdad en la región no se alcanzará hasta aquí 74 años, si se mantiene el ritmo de estos avances.

 

El Índice Global de Brecha de Género, creado por el Foro en 2006, actualmente mide la disparidad entre hombres y mujeres en 149 países, en un cálculo que considera participación económica y oportunidades en el mercado de trabajo, acceso a la educación, salud y empoderamiento político.

 

Según el informe más reciente de la organización, América Latina y el Caribe subió un 0,6% hacia la igualdad en 2017, más que la media mundial. Ese avance fue empujado por Nicaragua, Barbados, Costa Rica y Cuba. En Sudamérica, Bolivia, Argentina y Colombia son los mejor posicionados. Brasil aparece entre los cuatro últimos países de la región (y en el 95º lugar en el mundo), por encima de Paraguay, Guatemala y Belice.

 

Brechas salariales: diferencias de género

 

La brecha más alta entre todas las ocupaciones es la que se refiere al manejo de maquinaria pesada.

 

Es así que en los trabajadores dependientes de esta rama, se reporta las diferencias salariales entre 25% y 27%, aproximadamente.

 

De acuerdo a la OIT, la causa se debería a que en esta actividad, las maquinarias que operan los trabajadores dependientes son más sofisticadas e intensivas en capital, en comparación a las usadas por los autoempleados. Por ello, las diferencias en los ingresos para trabajadores independientes serían más similares entre hombres y mujeres.

 

Los profesionales y científicos registran el tercer lugar entre las ocupaciones con mayor brecha salarial, unos puntos porcentuales por debajo de los artesanos y peones. No obstante, las brechas se reducen si se comparan los salarios entre trabajadores independientes: la brecha apenas supera el 15%, cerca de 10% menos que los trabajadores dependientes.

 

En el caso de Europa, por ejemplo, se ha hecho un esfuerzo para que las empresas publiquen las diferencias entre lo que le pagan a los hombres y a las mujeres.

 

Y esa brecha salarial se puede ver en cada país en el mundo.

 

Por ejemplo, en la Unión Europea y otros 35 países en 2014 se pagaba un 13,8% más por hora de trabajo a los hombres que a las mujeres, de acuerdo a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

 

En ese entonces, entre los países relevados por la OCDE, la brecha en Rumania era del 1,5% -la menor- y la de Corea del Sur era 34,6%, la mayor.

 

Indicadores que muestran el avance de la brecha salarial

Como mencionamos al principio de este artículo, América Latina se considera una de las regiones que más avanzó en igualdad de género en el mundo.

Seis de los 24 países latinoamericanos y caribeños lograron alcanzar la paridad en la atención de salud, y 12 de ellos en el acceso a la educación, según el Foro Económico Mundial. Pero los problemas comunes en toda la región son la igualdad de salarios, la participación política y económica de las mujeres.

Entonces, ¿dónde avanzó (o no) América Latina en materia de igualdad de género?

 

Más mujeres en las universidades (pero lejos de las Ingenierías y de la Informática)

 

El aumento del acceso de las mujeres a la educación, especialmente a la enseñanza superior, es el gran triunfo del continente en la última década, según los datos del Instituto de Estadísticas de la Unesco. Hace diez años, sólo en Venezuela y Argentina había más del 80% de mujeres que accedían a la educación superior. En México, sólo alrededor del 25% de las mujeres lo hacían y en Brasil, la estimación era del 40%.

 

En el año 2018, Chile entró en el grupo de países con más del 80% de universitarias, México llegó al 39% y Perú fue del 35% al 74% de mujeres en la universidad.

 

En Argentina, el índice de la Unesco llega a sobrepasar el 100%, ya que es medido a través de una división entre el número de mujeres en las universidades y la población total considerada por el órgano como "en edad universitaria", es decir, de 18 a 22 años.

 

Según Juan Cruz Perusia, responsable de América Latina y el Caribe en el Instituto de Estadísticas de la Unesco, el número argentino refleja el hecho de que muchas mujeres de más de 22 años también están llegando a la enseñanza superior.

 

"Es notable cómo América Latina entera avanzó. En los años 1970, cerca del 37% de los estudiantes universitarios eran mujeres. Hoy, son 55%. Hay más mujeres que hombres en las universidades", dijo a BBC Mundo.

 

Sin embargo, la presencia de las mujeres en los campos de ciencias naturales, tecnología, ingenierías y matemáticas (cuya sigla en inglés es STEM) todavía está por debajo del 50% en la región, dice Perusia. Los datos que permiten la comparación entre los países en los últimos años son difíciles de conseguir, e incluso individualmente, hay países que no hacen esta medición. Como Brasil, por ejemplo.

 

Este porcentaje menor de participación en STEM no significa que las mujeres latinoamericanas están alejadas de las ciencias, al contrario.

 

Según un estudio conducido por Gloria Bonder, directora de la Cátedra Regional UNESCO, Ciencia y Tecnología en América Latina en Argentina - que aún no fue publicado y al que la BBC tuvo acceso- cursos como Medicina, Arquitectura, Derecho, Contabilidad, Ingeniería Química, Biología y Ciencias Económicas están cerca de la paridad de género en la mayor parte de los países de la región.

 

Uno de los factores determinantes es que a las mujeres se les atribuye exclusivamente la responsabilidad de la familia y la casa. Por eso, muchas tienden a abandonar o disminuir el ritmo de trabajo en sus carreras. Esto es un problema dentro de la actual cultura científica, que se define como "publicar o perecer", por lo que es necesario producir mucho para mantenerse relevante. La buena noticia, dice, es que en las nuevas generaciones ese estereotipo parece estar cambiando.

 

Incluso incompletos, los datos de la Unesco también muestran otra realidad: a pesar de la mayor presencia en todos los niveles educativos, pocas llegan a la cima de la carrera de investigación, a ser profesoras titulares o rectoras de universidades.

 

De acuerdo con la CEPAL, el porcentaje de mujeres en congresos y parlamentos latinoamericanos subió del 22% a casi un 30% entre 2008 y 2018. El aumento fue liderado por Cuba, Bolivia, México y por países centroamericanos como Nicaragua y Costa Rica, que tienen más del 40% de mujeres en sus congresos tras las últimas elecciones.

 

Por eso, la región también destacó en el ranking de la Unión Interparlamentaria (UIP), el único hecho específicamente para la participación de mujeres en los principales órganos legislativos de los países. Entre los 10 primeros, seis son de la región. Cuba, Bolivia y México aparecen incluso por encima de Suecia, considerada, en general, más igualitaria.

 

Pero el crecimiento es bastante tímido en países como Brasil, que pasó del 9% de mujeres en 2008 a cerca del 15% diez años después, ya considerando las elecciones de octubre de 2018. En Argentina la participación cayó un punto, del 40% al 39% en estos diez años.

 

¿Cuál es la razón de esta diferencia? Cuotas parlamentarias eficientes y sistemas políticos que favorecen el crecimiento de nuevos líderes, según expertos.

 

Las cuotas, sin embargo, no son suficientes. En Brasil, por ejemplo, y en otros países, es común que partidos incluyan mujeres en sus campañas sólo para cumplir la ley y acceder a fondos, sabiendo que no tienen posibilidades reales de ser elegidas.

 

¿Y en los tribunales superiores?

 

Para Mario Castillo, de la CEPAL, es más misteriosa la razón por la cual el número de mujeres que se hacen juezas en tribunales superiores ha tenido un avance lento en América Latina en los últimos 10 años. Al final, en muchos países, las licenciaturas de Derecho ya tienen casi tantas mujeres como hombres, o incluso más.



 

Incluso en países que avanzaron en la participación política femenina, como México, Colombia y Nicaragua, el porcentaje de juezas en las cortes supremas no pasa del 30%. En Brasil, queda en un 18% y en Argentina en un 20%.

 

Con información de El Comercio



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