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Procuradora por vocación de servicio

  • 16 Jul 2019
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La recién elegida Procuradora General de la República, Miriam Gerardine Aldana, llega con un tono fresco y un carisma particular, decidida a cumplir su rol como defensora pública y a acompañar a sus colaboradores en cada uno de los ejes estratégicos de la institución.

De niña, su padre y su madre siempre la motivaban a aportar algo en esas pláticas de sobremesa que solían sostener junto a sus tres hermanos. Más tarde, en su adolescencia, estuvo involucrada en grupos juveniles donde pudo descubrir sus dotes de liderazgo. Pero el formar parte de un grupo de 100 mejores bachilleres que asistieron a un intercambio de experiencias en Estados Unidos, a sus 16 años, le ayudó a descubrir su vocación.

En ese viaje, Miriam Gerardine comprendió qué era la democracia, al vivir ejercicios de participación y de colaboración recíproca. Más tarde, al ingresar a la universidad Dr. José Matías Delgado, eso le serviría para tomar la decisión de ser abogada y posteriormente especializarse en el ámbito de los derechos humanos. Y esa profesión la ha llevado, desde hace 25 años,  a ocupar varios cargos en el sector de Justicia.

Los desafíos que ha enfrentado en su vida los lleva bien marcados. Y estos son tanto personales  como laborales. Con la misma responsabilidad y valentía que enfrentó el hecho de que uno de sus tres hijos naciera con un problema cardíaco congénito, lo que les hizo cohesionarse mucho como familia, también asumió el hecho de ser la primera jueza del Juzgado Especializado en Extinción de Dominio de El Salvador, donde permaneció casi 5 años antes de convertirse en Procuradora General de la República para el período 2019-2021, el 2 de mayo pasado.



Sus dos grandes desafíos

Como jueza de Extinción de Dominio, en donde  resolvió casos de corrupción, de lavado de dinero y de tráfico de drogas, tuvo que abrirse brecha y entender que la historia iba a juzgar sus decisiones judiciales. “Le enseñé a mi equipo que estas tenían que ser lo suficientemente justificadas y con independencia”, reseña. Sobre todo, dice, debían creer en lo que estaban dictaminando, y garantizar que correspondía a un marco probatorio suficiente.

Previo a vivir ese gran desafío también se desempeñó en varios cargos en la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), como una primera experiencia en la defensa de la ciudadanía, desde una visión de contraloría no jurisdicional. En la Corte Suprema de Justicia fue jueza de Paz y jefa de evaluación de denuncias en una comisión temporal de servicio del Consejo Nacional de la Judicatura (CNJ), donde creó uno de los primeros manuales de evaluación que medían el desempeño de la planta judicial. También formó parte del Tribunal de Sentencia de Sonsonate y de San Salvador.

-¿Alguna vez se proyectó con ser Procuradora General de la República?

-Tal vez no en el cargo nominal, pero sí en la vocación de servicio, en poder entender lo que implica garantizar la dignidad de las personas. Al entender que no se es abogado si no se sirve, y esa es la profesión en la que yo había decidido trabajar.

 

Su principal apuesta

Miriam Gerardine destaca que sus principales características son la responsabilidad, la proactividad, el liderazgo y la prédica del ejemplo. “Quienes tenemos la oportunidad de asumir alguna jefatura somos los primeros obligados a dar todo lo nuestro y las potencialidades con las que contamos”, sostiene. “Pues el ejemplo diario es el que motivará el compromiso de otros, porque nadie puede exigir lo que no posee”, agrega.

Sobre los retos que le plantea la institución que ahora preside, ella considera que si bien el presupuesto nunca alcanza para cumplir las demandas, una de sus principales apuestas es generar la eficiencia y eficacia en el manejo de los recursos y en la respuesta a los usuarios. En ese sentido, resalta que hará un manejo eficiente de estos y potenciará el talento humano, porque ha descubierto que en la PGR hay un liderazgo muy marcado. Además, explica, hará que el trabajo fluya en un solo sentido, que es el del servicio.

Entre todas las áreas de la PGR, advierte, hay dos que necesitan una inmediata atención. Por un lado, el área de Cuotas Alimenticias, para que estas puedan entregarse de manera expedita a los menores de edad y para que el responsable de facilitar el aporte no tenga que esperar demasiado para cumplir con su finalidad. Por el otro, el área de Adopciones, con énfasis en el grupo de adolescentes, para quienes se debe trabajar con celeridad, con el fin de que al igual que los niños, ellos puedan ser restituidos en su derecho a contar con una familia que les cuide y brinde amor.

 

Gestión pública y las TIC

Una de sus propuestas para lograr la eficiencia es la implementación de las nuevas tecnologías en los procesos de los diferentes servicios. Tal es el caso de una app en el área de familia que permitirá a los usuarios hacer las consultas respectivas de sus expedientes; y además contendrá un módulo de quejas y denuncias ante eventuales atenciones inadecuadas. En adición, señala que fortalecerán el portal de transparencia. “Estamos preparando los datos abiertos para que puedan hacerse las consultas necesarias”, añade. Según ella, ya no se puede concebir una gestión pública separada de las TIC.  

La idea es, además, que de forma electrónica el usuario consulte sobre toda la documentación que necesita para iniciar un proceso, para que no tenga que perder tiempo en ir y venir a la institución.

 

Un elemento esencial

Miriam Gerardine cree que la defensoría pública penal es un elemento esencial del debido proceso, pues si no hay un ejercicio efectivo de la defensa pública penal, el Estado no puede sentirse satisfecho de haber dictado una sentencia. Es por eso que la estrategia de la defensa pública que ella procurará, al frente de la PGR, es definir en qué momento resulta ser indispensable que el defensor acompañe a los justiciables, para una mejor efectividad de la defensa.

Por lo que ya se inició el diseño de una estrategia de defensa pública, que permita identificar las áreas críticas del sistema de justicia penal que garantice un proceso constitucionalmente configurado; y que además muestre los momentos procesales en los que debe darse el debido asesoramiento técnico a favor del justiciable. “Debemos revisarlo para dar a conocer hacia fuera que somos garantes de la justicia y del Estado de Derecho”, subraya.

Sobre cómo le gustaría que reconocieran su gestión, la nueva procuradora externa que como un ser humano con claridad en sus metas, que vino a ser defensora y a acompañar la gestión de su equipo de trabajo. Que los más de 1,400 colaboradores la recuerden como alguien que trabajó junto a ellos. “Que no solo vino a un despacho a sentarse y a firmar decisiones administrativas, sino a acompañarlos”, refiere.


Algunos logros

-Miriam Gerardine Aldana es originaria de Zacatecoluca, La Paz. Se graduó como abogada de la Universidad Dr. José Matías Delgado. Es máster en Derechos Humanos y Educación para la Paz. Ha sido catedrática de diversas universidades.

-Entre sus publicaciones se encuentra: “El tratado de derecho probatorio salvadoreño y “Las reglas de la prueba en el proceso penal salvadoreño”. También colaboró con el análisis de diversos artículos del Código Procesal Penal Comentado, publicado en 2018 por el CNJ.



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