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Putin aplaza su reforma constitucional y aconseja a los rusos quedarse en casa

  • 25 Mar 2020
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Vladimir Putin aconsejó este miércoles a los rusos que se queden en casa -aunque sin ordenarlo--, decretó una semana de asueto y aplazó el voto de su reforma constitucional, todo con el objetivo de frenar la pandemia de coronavirus.


En un discurso televisado, el jefe de Estado anunció una serie de medidas de apoyo al poder adquisitivo y a las empresas frente a la crisis económica provocada por la pandemia.


Putin también declaró una semana de asueto laboral a partir del lunes para frenar la propagación del virus. El martes las autoridades reconocieron no tener una "imagen clara" del avance de la enfermedad.


Los hospitales, farmacias, bancos, administraciones, tiendas de alimentos y los transportes seguirán funcionando.


El presidente pidió "disciplina" a los rusos y les instó a quedarse en casa aún sin ordenarlo. En el mundo hay 3.000 millones de personas instadas al confinamiento.


"Lo que está pasando en numerosos países occidentales, tanto en Europa como en el extranjero, puede ser nuestro futuro inmediato", advirtió.


Por otra parte anunció el aplazamiento sin fecha del "voto popular", previsto el 22 de abril, sobre una reforma constitucional que le iba a dar la posibilidad de mantenerse en el poder hasta 2036.


"Evaluaremos cómo avanza la situación (...) y luego decidiremos una nueva fecha", explicó el presidente ruso.


Economía bajo presión


Putin subrayó que la economía rusa está "bajo fuerte presión" a causa de la pandemia y anunció una serie de medidas sociales y económicas.


Entre otras decretó la renovación automática de todas las ayudas y prestaciones sociales durante seis meses, pausas en la devolución de préstamos y un aumento del subsidio de desempleo.


Para las empresas anunció el aplazamiento del pago de impuestos y de créditos a las pequeñas y medianas empresas durante seis meses para "ayudar a seguir con un trabajo sostenible, lo que significa conservar sus empleos".


"Nuestra tarea más importante (...) es asegurarnos la estabilidad del mercado de trabajo y evitar que se dispare el desempleo", afirmó Putin.


También prometió aumentar los impuestos a los circuitos de optimización fiscal y a las transferencias de fondos hacia cuentas offshore en el extranjero.


La economía rusa se ha visto muy afectada por la crisis mundial provocada por la pandemia, en particular a causa de la caída de los precios del petróleo la consecutiva caída del rublo.


Sin "imagen clara"


El último discurso de este tipo de Putin tuvo lugar en el verano de 2018 sobre una criticada reforma del sistema de pensiones que afectó a su popularidad.


La alocución de este miércoles es la consecuencia de una reunión de varias horas el martes con responsables de la lucha contra el coronavirus.


Tras la reunión el presidente, llevando un traje de protección, visitó el hospital Komunarka, el principal establecimiento médico que cura enfermos de Covid-19.


Hasta ahora el jefe de Estado había dicho que la situación estaba "bajo control" en Rusia gracias a medidas como el cierre de su larga frontera con China.


Sin embargo el numero oficial de casos en Rusia sigue aumentando, aunque todavía es débil en relación a la situación en Europa occidental.


El martes había 495 pacientes y 658 este miércoles.


El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, responsable de una célula de crisis contra el coronavirus, admitió el martes que no tenía una "imagen clara" del alcance del contagio.


El médico jefe del hospital Komunarka, Denis Protsenko, indicó por su parte a Putin temer una "situación a la italiana" en Moscú. En Italia el coronavirus dejó más de 6.800 muertos.



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