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Cámara de Comercio Británico Salvadoreña aborda los impactos de la factura electrónica

  • 21 Nov 2019
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La Cámara de Comercio Británico Salvadoreña, organizó la conferencia “Consideraciones sobre la facturación electrónica en El Salvador”, en momentos que la administración tributaria hace ya diversos esfuerzos para ponerla en funcionamiento. En la actividad se discutieron los impactos que este nuevo sistema tendrá en la recaudación tributaria, pero también en la operatividad de los contribuyentes.


La facturación electrónica no solo promete mayores controles y efectividad en la recaudación tributaria, sino también ahorros importantes en la operatividad de los contribuyentes. Al final del día, eso se traducirá en una mayor facilidad para hacer negocios y en un dinamizador de la economía.

 

Para Alexander Cader, senior manager-Tax & Legal de PwC, este tipo de eventos es crucial para que los contribuyentes en general conozcan cómo avanza el proceso y cuáles serán las ventajas, beneficios y desafíos que tendrá su implementación. “No es algo que pasará de un día para otro, pero sí es algo que viene a la par de un plan piloto que dará claridad sobre los desafíos que implicará todo el proceso”, apunta.

 

Existe mucha expectativa sobre el esquema de facturación electrónica, que comenzará a implementarse en el país el segundo semestre del próximo año, con una prueba piloto en la que participarán 50 grandes contribuyentes, esto luego de que en 2018 la Asamblea Legislativa aprobara un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por US$30 millones, dirigido a la modernización de los sistemas de la administración tributaria, entre los que se encuentra la facturación electrónica.

 

El tema fue analizado por diversos especialistas, entre ellos los abogados Alexander Cader, de PricewaterhouseCoopers; y Diego Martín Menjívar, de la firma Consortium Legal, quienes son miembros del Comité de Impuestos de la Cámara de Comercio Británico Salvadoreña y que se encargaron de desarrollar un conversatorio al respecto. Entre otros expertos, se contó con la participación de Alberto Raimundo, reconocido abogado y catedrático universitario con especialidad en derecho fiscal, quien desempeñó el rol de moderador del conversatorio.


En el evento también participó el Ministro de Hacienda, Nelson Fuentes; Mónica Calijuri, especialista en administración tributaria del Banco Interamericano de Desarrollo sede Washington DC; así como Juan Pablo Jáuregui y Gabriel Carrillo Cattori, representantes de la empresa Detecno de México. Las palabras de apertura estuvieron a cargo de David Rafael Huezo, presidente de la Cámara de Comercio Británico Salvadoreña; y Michael Head, jefe de Misión Adjunto de la Embajada Británica en El Salvador. 

 

Desde la administración tributaria

El ministro de Hacienda, Nelson Fuentes, quien fue de uno de los expositores con el tema “La implementación de la facturación electrónica en El Salvador para 2020”, explicó que como parte del plan piloto se buscará la participación de todos los sectores empresariales, como ferreterías, farmacias, bancos, supermercados y constructoras, para garantizar que no se queda ningún segmento fuera de la modalidad de prueba. “Las empresas interesadas en ser parte de esta fase deben enviar una nota por escrito dirigida a mí, o a la Dirección de Impuestos Internos”, dijo.

 

También se refirió a una etapa transitoria de uno a dos años para que el sector privado actualice sus sistemas, se superen las pruebas desde la administración triburaria y se hagan las modificaciones legales desde la Asamblea Legislativa, que dicho sea de paso son mínimas, a lo sumo uno o dos artículos del Código Tributario, y que implica pasar de una plataforma física e impresa a una digital y electrónica.  

 

Fuentes se refirió a los casos de México, Colombia y Uruguay de donde se han podido extraer algunas experiencias positivas. Pero además de otros como Costa Rica y Guatemala que han enfrentado algunos obstáculos. Por ejemplo, el país vecino se ha encontrado con la limitante de que el 95% de su recaudación proviene de Ciudad de Guatemala, y eso significa un nivel alto de evasión porque el resto del país no paga impuestos. “Muy distinto a El Salvador, donde sí tenemos ciudades importantes en las que sí se recauda y se puede georreferenciar la información tributaria”, subrayó.

 

Por su parte, Mónica Calijuri, especialista en Administración Tributaria del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), hizo un recuento de los impactos que la facturación electrónica he tenido en los países latinoamericanos. Por ejemplo, el caso de Argentina que en 11 años logró que la recaudación tuviera una incidencia en el Producto Interno Bruto (PIB) del 1%. O Ecuador, que en 5 años lo incrementó en 1.2%. “Eso se dio en momentos que aún no había mucho auge tecnológico”, acotó.

 

Eso implica que los beneficios podrían ser mayores para países como El Salvador, en momentos que la transformación digital es más significativa. De hecho, estudios del BID y del Ministerio de Hacienda ya hablan de un impacto en el PIB del 1% en los primeros tres años de implementación.





 

Sus grandes impactos

De acuerdo con Cader, los impactos de un sistema de facturación electrónica para la administración tributaria se traducirán en más transparencia, orden, agilidad y eficiencia en los procesos de recaudación; pero también en el aumento de la base fiscal, en la medida que propiciará un mayor control sobre los contribuyentes y el sector informal que aún no paga impuestos. “Para los usuarios habrá mucho ahorro en los costos operativos, pues se reducirá el gasto en papel y se disminuirá el almacenamiento físico”, explicó. “Eso se traducirá en mayor agilidad al momento de hacer negocios y en transparencia en el ámbito privado”, agregó.

 

El desafío más grande para su implementación, y que ya se discute entre los especialistas, es un cambio de cultura que debe generarse entre los contribuyentes, pues aún pesa mucho el uso del papel. “El hecho de ya no tener algo físico que soporte una transacción implicará asumir otra mentalidad”, revela Cader. Incluso, esa transformación tecnológica que se avecina también impactará en el desarrollo del comercio electrónico y en el impulso de la firma electrónica que ya fue aprobada en el país, pero que aún no se ha implementado.

 

Cader destaca que los referentes a nivel latinoamericano, como México y Colombia, ya han demostrado que naciones con altos niveles de elusión y evasión fiscal han tenido un incremento del porcentaje de recaudación. “Esas experiencias también nos ayudarán para no cometer los mismos errores”, añadió.

 

¿Qué tan preparado está el país?

Para Diego Martín Menjívar, socio de Consortium legal El Salvador, aunque el plan piloto realizado de forma inicial con 7 grandes contribuyentes no cumplió con todos sus objetivos, como el hecho de que no se logró recolectar toda la data necesaria para determinar los siguientes pasos, sí se pudo detectar la capacidad de recepción del Ministerio de Hacienda. La idea es que con el nuevo piloto sí puedan cumplirse todas las expectativas.

 

Sobre lo preparado que está el país para un sistema de factura electrónica, Menjívar detalla que El Salvador, siendo muy pequeño, con altos niveles de emprendedurismo y con adaptación al cambio, está en mejores condiciones que países latinoamericanos cuando iniciaron, hace 15 o 10 años. “El no ser los primero nos brinda ventajas, en el sentido de poder tomar las buenas experiencias”, destacó.

El sistema de factura electrónica aportará datos a la administración tributaria, que serán valiosos para contar con información precisa y en tiempo real de los contribuyentes, lo que permitirá incidir de mejor manera en cuanto a políticas públicas en temas económicos y sociales. “Se pondrá en el mismo nivel a los contribuyentes que están deseando tener esquemas modernos y a los sectores de la economía que se encuentran en la informalidad. Eso los colocará en un plano de competitividad”, subrayó.

 

“Habrá ahorro para las entidades financieras y las empresas prestadoras de servicios públicos. Podremos contar en tiempo real con los precios de bienes y servicios, para determinar precios de transferencia o el cumplimiento de transacciones entre empresas relacionadas”, aportó Menjívar. Según él, con la implementación de la factura electrónica, el Ministerio de Hacienda tiene la gran oportunidad de dejar un legado al país en esta gestión.

 

Los salvadoreños tienen una gran ventaja al aprovechar el cambio que trae la modernización y la economía digital. “Estamos acostumbrados a que las empresas no sean tan rápidas y efectivas en la emisión de las facturas o de ciertos procesos, y esto les obligará a ordenarse”, concluyó Menjívar. Por su parte, la administración tributaria tendrá un enfoque distinto al momento de auditar y fiscalizar a las empresas.

 

 

 

 

 

 



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