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5 señales que indican cuándo renunciar a tu negocio

  • 19 Sep 2019
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Si algo hemos aprendido sobre la corriente del optimismo es que siempre hay que luchar por nuestros sueños y aferrarnos lo más posible a ellos hasta que comiencen a salir a luz sus frutos. Este tipo de afirmaciones suelen ser útiles cuando nuestro proyecto nos exige algo más allá de la paciencia y el trabajo constante.

 

Sin embargo, las circunstancias pueden variar y estos enfoques pueden quedar completamente anulados ante los panoramas más hostiles que cualquier empresario puede enfrentar. Por ello es importante considerar el hecho de que, aunque empezar un negocio es una idea grandiosa, no importa si se trata de un negocio pequeño o ambicioso, siempre existirá una posibilidad de fracasar.

 

Renunciar, tirar la toalla, rendirse, abandonar el barco o fracasar, son palabras y frases a las que todo emprendedor le tiene miedo o está programado para ignorar apenas vienen a su mente. Sin embargo, no importa el tiempo que esperes para decidirte emprender un negocio, nunca tendrás el capital suficiente o la experiencia necesaria para poder predecir posibles complicaciones a futuro.

 

Y es importante considerar que siempre existirá una posibilidad de fracasar, pero también de que sea un éxito. Entre más tiempo te tardes en emprender, menos oportunidades tendrás de hacer crecer tu negocio y eso es lo más importante.

 

Es por esto que quienes están considerando la idea de emprender un negocio y se sienten preocupados, deben aprovechar el factor más importante en la vida es el tiempo, ya que este no retorna nunca más. Mientras más tiempo se deje pasar, menos tiempo habrá para ganar experiencia como empresario.

 

Revista Agenda ha preparado en este artículo una lista de señales que debes identificar para renunciar a tu negocio y también una lista de consejos que debes tomar en cuenta si, al final de cuentas, te has decidido a emprender tu idea.

 

Dejaste de soñar

 

¿Recuerdas cuando tu negocio te emocionaba muchísimo? Te ibas a dormir pensando en él, las ideas te llegaban de repente a media comida y le contabas a todo el mundo sobre lo que hacías. Tal vez soñabas con adueñarte o revolucionar tu industria o te imaginabas el estilo de vida que tu pequeña empresa podría darte una vez que creciera. Si hoy sólo te conformas con llegar al final del día, o incluso peor, con poder sobrevivir a la quincena de tus empleados, puede ser un buen momento para considerar una nueva actividad.

 

Tu cuerpo no miente

 

Tu cuerpo sabe la verdad sin importar lo que le quieras decir al resto del mundo, o lo que tu cerebro insista en ignorar. Si tus dolores y achaques son tantos que el entusiasmo por tu trabajo se ha visto mermado, es momento de escucharlos. Tal vez tu cadera duela al estar sentado porque el estrés o la infelicidad que sientes en tu trabajo te haga tener una mala postura, o hayas subido de peso porque estás comiendo mal.

 

Puede ser que los deportes extremos que estás intentando para escapar de tu trabajo te están lesionando, o incluso las tareas más repetitivas como teclear te han desgastado. Si tu cuerpo se siente miserable cuando estás trabajando, entonces te está mandando una señal importantísima y clara de que es momento de buscar otras opciones, y pronto.

 

Desinterés

 

Si ya no tienes ganas de aprender sobre cómo construir tu negocio o cómo mejorar las cosas para tus clientes y mantenerte al tanto de las tendencias de la industria, eso no significa que ya sepas todo lo que hay que saber, sino que tu corazón y tu mente ya no están comprometidos con lo que estás haciendo.

 

El dinero simplemente no llega

 

Probablemente tu industria haya cambiado por la competencia o las nuevas tecnologías, o quizá no logres arreglar algo en tu negocio y el servicio a clientes no está siendo suficiente. Por la razón que sea, el dinero no está fluyendo como esperabas. Tal vez nunca lo ha hecho. Pero independientemente, si el dinero no está y se te hace más fácil quejarte que hacer algo para remediarlo, es una señal segura de que necesitas avanzar.

 

No te puedes pasar toda la vida preocupándote por el dinero. Además, si le pones el valor, la energía y la visión que solías tener como emprendedor, sin duda podrás lograr lo que te propongas en la siguiente fase de tu carrera.

 

No te gustan tus clientes

 

Si de repente todos tus clientes se sienten como una bola de quejas o sientes que no están apreciando tu trabajo, definitivamente estás mas allá de la fatiga. Éstas son las personas que te generan dinero, así que si los odias, créeme que se dan cuenta aunque sea de forma inconsciente.

 

Tu negocio crece en proporción con lo bien que puedas atender a tus clientes y lo felices que puedas hacerlos, con lo que ellos te hacen feliz a ti. Pregúntate la razón por la que sigues obligándote a lidiarlos cuando ya no los toleras.

 

Las quejas han aumentado

 

Estoy hablando de dos tipos de quejas: las que vienen de gente con la que interactúas en tu negocio (clientes, proveedores, empleados, y más) y las más peligrosas, las que salen de tu propia boca. Reúne el coraje de preguntarle a la gente lo que ya sabes: “¿Me estoy quejando mucho de mi negocio?” Prepárate para escuchar las respuestas con la mente abierta.


¿Cómo identificar que estás listo para emprender?

 

Por el contrario, si has decidido emprender tu negocio y no sabes por donde empezar, Revista Agenda ha preparado una lista de consejos que te indicarán cuándo estarás listo para lanzar tu idea de negocio:

 

Ya no te sientes satisfecho en tu trabajo

 

Tener días buenos y otros malos es normal. Esto lo aclaramos porque el tener un mal día no tiene nada que ver con el que puedas sentirte satisfecho con las labores que realizas cada día y no significa que por un mal día debas renunciar a tu puesto para iniciar un negocio.

 

Lo primero es examinar si se trata realmente de una insatisfacción que vives en tu día a día. Es bueno indagar por qué te sientes insatisfecho, para descartar que no se trate solamente de que necesites trabajar en otra empresa o que necesites más vacaciones.

 

Sin embargo, siempre es recomendable que investigues de todas formas cómo iniciar un nuevo trabajo, incluso existen negocios que son rentables con poca inversión.

 

Entiendes los riesgos y no tienes miedo a fracasar

 

Tener una actitud positiva es importante a la hora de iniciar un negocio, pero eso significa que también debes entender los riesgos que esto implica. Sin embargo, si entiendes los riesgos pero no tienes miedo a fracasar estás por buen camino, ya que, tal como he hecho hincapié anteriormente, así como existen posibilidades de fracasar, también existen posibilidades de tener éxito, y esto sólo podrás saberlo si te atreves a iniciar el negocio de tus sueños.

 

Esto no quiere decir que debas lanzarte hacia un nuevo emprendimiento a la ligera, sino que debes primero investigar el panorama ante el cual iniciarás tu negocio, pues existen riesgos a los que te enfrentas antes de empezar -como perder tu inversión y tu actual puesto de trabajo- y debes estar preparado.

 

Es de gran utilidad que converses con empresarios que no tuvieron éxito en sus primeros negocios, así te podrás enriquecer de sus experiencias y utilizarlas a tu favor para saber qué cosas debes hacer y cuáles no.

 

Tienes una idea que te apasiona

 

Si te encuentras en este punto de indecisión al no saber si iniciar un negocio o no, es porque seguramente ya tienes alguna idea de emprendimiento en tu mente. Debes tener claro si esta idea se trata de un negocio que no te interesa mucho pero que sabes que podría generarte mucho dinero, o si la idea te apasiona aunque no sepas con seguridad si tendrás éxito.

 

Aunque lo dudes, la segunda opción es la mejor. Si es tu caso, quiere decir que estás frente a una buena señal, pues te indica que ya estás listo para iniciar un negocio. Pues, como señalaba Napoleón Hill, en Piense y Hágase rico: “El punto de partida de todo logro es el deseo”.

 

Ten esta sentencia en mente, pues un deseo que es débil atraerá resultados débiles. Así que, si tienes una idea que no te apasiona, aunque sea muy rentable, entonces no vas a atraer todo lo necesario para que sea exitosa.

 

No quieres vivir del “¿y si…?”

 

Si piensas “no puedo hacerlo”, debes saber que estás ante una mala frase que no te ayuda a levantar la moral. No sólo te afecta a corto plazo, sino también a futuro, ya que al pasar el tiempo, el “no puedo hacerlo” arrastrará tus pensamientos hacia los tortuosos: ¿y si…? ¿y si lo hubiese intentado? ¿y si hubiese tenido éxito? ¿qué hubiese ocurrido?

 

Estos recurrentes pensamientos te seguirán toda tu vida. Si no deseas vivir con ellos tendrás que tomar el valor, investigar sobre tu idea de negocio y emprenderla de una vez, ya que, al final, la única forma de conocer si dicha idea tendrá éxito o no, será ejecutándola.

 

Quieres seguir aprendiendo

 

Un negocio es diferente a tu trabajo normal. En este último, si pasas mucho tiempo haciendo una cosa la vas perfeccionando hasta que desempeñas muy bien tus asignaciones diarias. Sin embargo, en un negocio funciona diferente, ya que no sólo vas a necesitar hacer bien una sola cosa, sino vas a tener que saber y hacer de todo un poco, desde el trabajo de administrar, conocer de marketing, ventas, atención al cliente, e incluso encargado de limpieza de tu oficina. Esto quiere decir que debes sentir -previamente de iniciar a emprender- ganas de aprender cosas nuevas cada día.

 

Si no tienes problemas en aprender cosas nuevas cada día, sino que más bien te gusta conocer y superarte, es muy probable que te vaya muy bien en tu iniciativa.

 

Si te has sentido identificado con estas señales, déjame decirte que sí estás listo para emprender un nuevo negocio. Así que manos a la obra y sigue este consejo: “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”.

 

Todo emprendedor tiene algo en común: un sueño. Conseguir llevarlo a cabo depende de muchos factores, pero el más importante es saber aprovechar tu tiempo y estar dispuesto a correr riesgos.

 



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