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China podría tener un complicado control de la devaluación del yuan

  • 13 Ago 2019
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A China le puede resultar difícil frenar la devaluación del yuan. Esta semana la divisa rebasó la marca de las 7 unidades por dólar por primera vez en más de una década. Una modesta dosis de depreciación no hace daño, pero la contracción del crecimiento hace que sea más complicado controlar el ritmo de depreciación.

 

El Banco Popular de China (BPC) ha explotado inteligentemente las tensiones comerciales para hacer algo que tenía que hacer de todos modos: dar apoyo a un sector exportador nacional en apuros y prepararse para recortar los tipos de interés.

 

Ahora que Donald Trump ha dicho que impondrá aranceles a casi todos los productos de China, el BPC puede hacerlo responsable de su decisión de dejar que el yuan pierda algo de terreno.

 

La pregunta es cuánto. Pekín probablemente preferiría un tipo de cambio ligeramente más bajo, entre 7,1 y 7,3 yuanes por dólar, lo cual respaldaría una política monetaria más relajada sin provocar con ello una fuga de capitales.

 

Sin embargo, todavía no está claro cuánto estímulo será necesario para reactivar una economía que no ha respondido como se esperaba a los 268.000 millones de euros en recortes de impuestos introducidos este año. Las inyecciones de liquidez en los bancos tampoco han dado grandes resultados. La actividad manufacturera encadenó en julio su tercer mes consecutivo de retrocesos, mientras que las importaciones han registrado caídas en seis de los primeros siete meses de 2019, lo cual apunta a una preocupante falta de demanda interna.

 

El lunes, el BPC se colgó públicamente una medalla por haber logrado mantener la estabilidad de la divisa, lo cual merece un justo reconocimiento. Otro tanto merecen los responsables de la entidad por reducir la morosidad y al mismo tiempo mejorar las condiciones de crédito. Pero ninguna de las dos medidas puede durar indefinidamente. Un comunicado sobre una reciente reunión del politburó del Partido Comunista de China omitió la habitual referencia al desapalancamiento. Si el Gobierno riega la economía con dinero barato, será más difícil apuntalar la moneda.

 

Una devaluación más pronunciada del yuan, del 10% o superior, podría reducir seriamente la demanda de productos y servicios de los socios comerciales de China. Por otra parte, si la depreciación hace necesarias mayores barreras regulatorias para frenar la fuga de capitales, podría hundir el gasto del turismo chino en el extranjero.

 

La devaluación amortigua el impacto de los aranceles estadounidenses en el país, pero también abarata los productos chinos en todos los mercados en detrimento de potencias exportadoras con divisas seguras como Japón y Alemania. Son muchos los que ven con buenos ojos la idea de que Pekín pueda y vaya a garantizar un abaratamiento moderado del yuan. Pero si están equivocados en su parecer, el precio a pagar podría ser muy elevado.

 

Contexto

 

- El 8 de agosto, el Banco Central de China fijó el rango medio de cotización del yuan por debajo de la barrera psicológica de las 7 unidades por dólar por primera vez desde la crisis financiera mundial. El rango medio para las operaciones domésticas ya había cruzado esa línea el 5 de agosto.

 

- Los principales bancos de propiedad estatal de China han estado activos en los mercados a plazo del yuan esta semana, como informó Reuters el 7 de agosto citando agentes de bolsa, valiéndose de permutas financieras para frenar la oferta de dólares, en un intento de las autoridades por frenar la caída de la divisa después de esta cayera a su nivel más bajo en 11 años.

 

Información de Reuters



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