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Empresas comerciantes y la nueva base contable

  • 30 May 2019
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Para Mario Navas, socio de RSM El Salvador, una red global de auditoría, impuestos y consultoría, las empresas comerciantes tienen un nuevo desafío al presentar sus estados financieros 2018, al cierre de mayo de este año. Es decir; que su base contable oficial deben ser ahora las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) para PYMES, como un cambio que supuso la reforma de la Ley Reguladora del Ejercicio de la Contaduría Pública y Auditoría de El Salvador.

 

De hecho, el Consejo de Vigilancia de la Profesión de Contaduría Pública y Auditoría (CVPCPA) emitió una resolución en febrero de 2018 para hacer el recordatorio al respecto. Según Navas, aún queda un gran trecho que recorrer para que las empresas comerciantes puedan hacer su conversión contable, pues a diciembre de 2017, según el Centro Nacional de Registro (CNR), solo 5 mil empresas de un total de 35 mil presentaron sus estados financieros con base en la normativa internacional.

 

“Esa misma institución dijo que al hacer las revisiones se encontraron con que lo presentado por estas 5 mil empresas aún dejaba mucho que desear”, resalta el representante de RSM. Entonces, esto abre un gran desafío para los contadores de las empresas comerciantes que deben actualizarse para manejar una base contable que, aunque se viene manejando desde 2,000, aún no era exigida por la ley.

 

Este cambio propicia que los estados financieros sean más informativos, transparentes y con información relevante. “Eso es algo que solo se logra con las NIIF”, señala Navas. Él ha podido determinar las áreas que siguen representando una debilidad para los contadores, como los nuevos modelos para cuantificar, medir y revelar las transacciones. “El tema de inversiones tiene metodologías más modernas, y es allí donde están fallando”, subraya. Otro aspecto que se les dificulta es la manera en que, de acuerdo a la NIIF PYME, debe medirse el valor razonable, pues aún no comprenden las categorías para identificarlo.

 

Esos cambios han llevado a los contadores a cumplir un rol más financiero. Lo que debe revelarse con la normativa contable internacional es mucho más amplio que en la tradicional, para que terceros interesados, como bancos e inversionistas, puedan analizar la compañía, entender lo que hace, su negocio, sus recursos, su patrimonio, la calidad de rendimiento, su operación, sus ingresos, sus costos y utilidades. “La información es más amplia y de mayor calidad”, afirma Navas.

 

Uno de los principales elementos para propiciar el cambio en las empresas comerciantes y sus contadores es que los usuarios de la información financiera demanden que esta sea de calidad, como es el caso de los bancos y el Registro de Comercio. Otro elemento crucial es la educación continuada de los contadores, para que puedan tener el dominio de la nueva base contable internacional.

 

El Consejo ha indicado que si los estados financieros al 31 de diciembre de 2018 no se preparan con base en las NIIF PYMES no se podrá evitar que se emitan y circulen, pero no se les exime de presentarlos de forma posterior en lo que resta de 2019. “Como auditores externos tampoco podemos parar el uso de la información, pero emitimos un dictamen fiscal donde decimos que no son de carácter legal”, destaca Navas. La ley, por su parte, establece un régimen de sanción que va de US$600 a US$4,500 por no cumplir. “Y ya hay precedentes, en otros casos, de la sanciones monetarias que las nuevas reformas incluyen”, finaliza.



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