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La pobreza, el crimen organizado y la migración: los retos de Xiomara Castro en Honduras

  • 27 Ene 2022
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Xiomara Castro fue investida el jueves 27 de enero como la primera mujer presidenta de Honduras tras ser elegida en las urnas el pasado noviembre. Castro comenzará una legislatura de cuatro años en la que deberá dejar atrás la crisis política del país y cumplir las promesa de abordar los problemas de pobreza, corrupción y crimen organizado. La vicepresidenta de EE. UU. Kamala Harris se reunirá con Castro tras la investidura para hablar de migración.

Un hecho inédito en los 40 años de democracia en Honduras. Xiomara Castro se convirtió este 27 de enero en la primera mujer presidenta del país centroamericano. Lo hace además dejando otro hecho sin precedentes: la suya será la primera coalición de Gobierno sin miembros de los partidos Liberal y Nacional, los dos ejes del bipartidismo histórico en el país.

El pasado noviembre, Xiomara Castro triunfó en las elecciones presidenciales liderando al Partido Libertad y Refundación, un partido de izquierdas creado en 2011 tras el golpe de Estado sufrido en 2009 por el presidente Gabriel Zelaya, esposo de la nueva presidenta hondureña.

Segunda en las elecciones de 2013, en 2021 volvió a ganar las primarias de su partido, previo paso a su triunfo electoral con más del 50 % de los votos.

Esta ruptura del bipartidismo también supone el fin de la llamada "dictadura", según la oposición, del presidente saliente. En 2017, Juan Orlando Hernández fue reelegido presidente desacatando la constitución del país que impide la reelección. Según la oposición, lo hizo además de manera fraudulenta.

Grandes retos ante grandes expectativas

En campaña electoral y en su  “Plan de Gobierno para Refundar Honduras”, Castro prometió dar un vuelco a las políticas gubernamentales en el país y luchar contra la corrupción, el narcotráfico, la pobreza, el desempleo, la criminalidad y mejorar los deficientes sistemas de salud y educación.

Promesas, todas ellas, que implican grandes retos para la nueva presidenta, comenzando por la impregnación del narcotráfico en las instituciones del Estado. El hermano de su antecesor en el cargo cumple condena por narcotráfico en Estados Unidos y el nombre del propio expresidente Juan Orlando Hernández aparece en varias investigaciones por nexos con el narcotráfico.

A todo esto se le suma una deuda externa que supera los 11.000 millones de dólares; la corrupción, que sitúa a Honduras con 23 puntos sobre 100 en transparencia según el último informe de Amnistía Internacional y el azote del crimen organizado y la violencia, que dejó a Honduras con una tasa de 40 homicidios por cada 1.000 habitantes, según el Observatorio Nacional de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.



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