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Posible tregua comercial entre EE.UU. y China

  • 03 Jul 2019
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Estados Unidos anunció el pasado 29 de junio, desde Osaka, Japón, la renovación de los lazos comerciales entre el país norteamericano y China. Esta tregua comercial busca, más que crear un acuerdo de paz; crear una nueva reestructura del orden de la economía mundial, aunque esto ponga en juego el papel que China ha tenido durante muchas décadas, como planta de producción en el mundo. Se espera que los precios arancelarios se mantengan en su estado actual, sin prever aumentos.


Por otra parte, la potencia norteamericana buscará reducir las sanciones interpuestas a Huawei y las limitantes para la compra de componentes electrónicos estadounidenses.


Los detalles sobre las conversaciones entre Donald Trump y Xi Jinping, todavía no han sido revelados. Aunque se tiene una noción de lo que podría significar la renegociación de estas dos potencias globales, no existe una garantía del cumplimiento de este acuerdo. De no concretarse, Estados Unidos continuaría interponiendo impuestos al país asiático por varios meses u años más, poniendo en riesgo las últimas etapas dentro de las cadenas de suministro chinas.


Según Jacques deLisle, director del Centro de Estudios para la China Contemporánea en la Universidad de Pensilvania: "A las empresas no les gusta la incertidumbre, y esto la prolonga". Por lo cual, se considera que mientras exista la amenaza, existen riesgos de perder las diferentes cadenas de suministro con las que cuenta el país.


Las conversaciones de Trump y Xi en Osaka, no son tan diferentes a las conversaciones que estos mantuvieron en Buenos Aires, Argentina, el pasado 1 de diciembre; en ella, se buscó pactar una tregua donde China elevó los aranceles a la mercancía proveniente de EE. UU. Sin embargo, este pacto dio su fin en mayo tras una acusación del gobierno de Trump a China, por considerar que los beneficios dentro de este acuerdo serían principalmente para el país oriental, al generar mejoras a la estructura de su economía; dejando de lado los intereses de EE. UU.


Ambos países consideran que otra de las opciones dentro de esta tregua, es dejar los aranceles en su estado actual por tiempo indeterminado. Sin embargo, Estados Unidos exige la aplicación de cambios dentro de la política económica de China, donde se incluyan subsidios a las empresas competidoras estadounidenses.

Por otra parte, Pekín busca eliminar por completo los aranceles, aunque se rehúsan a modificar su modelo económico actual donde se incluyan subsidios a la industria y a empresas estatales.


Las negociaciones en Osaka significan muchos beneficios a corto plazo para China. Por el momento, Trump no impondrá los US$300.000 millones de dólares anuales que planeaba aplicar si no se lograba llegar a ningún tipo de renegociación.


Del mismo modo, disminuirá las restricciones a la tecnología estadounidense que podía utilizar la empresa dedicada a la industria de las comunicaciones y la información, Huawei. Lo cual se vuelve un beneficio notorio para la economía de ambas partes, pues las compras de semiconductores y otras tecnologías se valoran en US$11.000 millones de dólares al año.


“China no cederá su soberanía ni mostrará debilidad”, mencionó Zhu Ning, profesor de Economía de la Universidad Tsinghua en Pekín.


Sin aceptar los cambios propuestos dentro de su estructura económica, y llevando consigo la posibilidad de obtener mejores beneficios para la región, China logra llevar a EE.UU nuevamente al diálogo, en búsqueda de mantener relaciones que permitan a ambos países cuidar sus intereses sin llegar al conflicto.



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