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“El fracaso es el mejor aprendizaje”

  • 12 Dic 2018
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El salvadoreño Marco Guirola, presidente de Pagadito Group, ha estado rodeado de emprendimientos, desde los inicios de su carrera. Pero antes de echar a andar su último y más reciente proyecto, tuvo que definir bien su estrategia. Transcurría 2008 cuando su familia obtuvo algún capital producto de las acciones que mantenían en empresas nacionales y que habían pasado a grupos internacionales. Entonces allí se encontraba él, viendo qué hacer con ese dinero en un momento de crisis nada alentador. 

Y se planteó una matriz de criterios que debían conducirlo a su próximo negocio. Debía ser una industria que funcionara bien en medio de la recesión, pero también fuera de esta; que estuviera basada en “cash” y no en crédito, que fuera un modelo comprobado globalmente pero no competido localmente, capaz de regionalizarse, con una estrategia de salida clara, enfocada en intelecto y muy ligado a tendencia.

Fueron siete días de análisis, industria por industria, y la que más se acercó a esas cualidades era el comercio electrónico, que cumplía sobre dieces cada uno de esos criterios. Y entonces Guirola comenzó a programar su primera plataforma de comercio electrónico, pero muy pronto se encontró con la dificultad de que no había medios de pago. “Estaba PayPal pero no nos funcionaba”, cuenta. Fue por eso que crearon Pagadito, un medio de pago que se convertiría en la punta de lanza de las plataformas que maneja el grupo.

 

Recibió unos 300 no

Pero cuando Guirola comenzó a buscar ayuda para procesar y enlazarse con tarjetas de crédito de manera online no encontró a nadie. Recibió unos 300 no, uno tras otro. En un golpe de suerte, y luego de estar dejándole recados con su secretaria, logro contactar al líder global de tarjeta no presente del Banco de América. “Me puede recibir un par de minutos en cualquier lugar del mundo que yo llego”, le dijo a su interlucutor. Y este le contestó que tal día estaría en el bar del hotel Intercontinental, en Buckhead, Atlanta, Giorgia, Estados Unidos, que allí podía encontrarlo.

En esa plática, al alto ejecutivo bancario, quien se convertiría después en parte de la Junta Directiva de Pagadito, le bastó con hacer una llamada, y fue así como iniciaron a procesar desde Asia, casi de inmediato. Lo demás fue cuestión de alinearse a los estándares de seguridad internacionales de la industria de tarjetas de pago. Fue un proceso muy caro y difícil, pero que les ha permitido acceder a clientes grandes, como entidades de gobierno, aerolíneas y universidades.

“Somos muy buenos en lo que hacemos, a partir de un equipo de ingenieros en Sistemas salvadoreños, la mayoría en su primer empleo”, comenta. Pero ha sido un arduo camino, el mejor panorama comenzaron a verlo en 2016, y a partir de allí han experimentado crecimiento, que en la actualidad ha llegado a cifras de doble dígito. Esa es una señal de que la transformación digital ya está en la agenda centroamericana.  

Como Fintech, Pagadito aplica la tecnología para facilitar las actividades financieras. La plataforma cuenta con 127 mil usuarios pagadores y 1,700 comercios que los reciben. Entre ellos hay de todos los tamaños e industrias. Desde un carpintero en Nahuizalco que recibe el adelanto para elaborar un mueble directo a su cuenta, vía pagadito, hasta un colegio que no tiene un website para hacer transacciones financieras y que puede enviar correos electrónicos a todos los padres con un botón de cargo automático. “Se reciben pagos con tarjeta de crédito o débito, y depositamos dinero en las cuentas bancarias de nuestros clientes en todos los países donde estamos”, resalta Guirola.



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