Karla Segovia, con genética soñadora y de servicio
- 23 Mar 2020

Cuando se habla de Karla Marjorie Segovia, decir que por sus venas corre la sangre del servicio no es una forma de halago, más bien es definir la forma de vida de la dinámica y sonriente directora ejecutiva de FUSAL, que se ha inspirado en varias mentoras para ejercer su noble labor de la proyección social.
Desde las oficinas de la Fundación Salvadoreña para la Salud y el Desarrollo Humano (FUSAL), nos recibe con una gran sonrisa su directora ejecutiva, quien trabaja en conjunto con sus colaboradores para crear estrategias que se centren en poder replicar modelos exitosos en otros países y con mejoras constantes en las metodologías.
Con el entusiasmo de alguien que se siente identificada con su carrera desde el primer momento, Karla Segovia empezó a trabajar en FUSAL en noviembre de 2019, como una señal de un cambio positivo para impregnar con su experiencia y calidez humana a la sociedad, y qué mejor que hacerlo bajo una organización que lleva más de 30 años de un exitoso trabajo en beneficio de los salvadoreños.
Sin embargo, no es un personaje lo que destaca en la memoria de Karla si se le pide dar una explicación de las razones que la motivaron a abrirse camino en el mundo de la proyección social y en la mejora del sector económico, es más bien la experiencia laboral y de vida que tuvo en el año 2004, en la India. Ver esa realidad le ayudó a entender lo que quería profesionalmente y a buscar trabajos alineados bajo esa área.
Karla rememora los inicios de su carrera profesional en el Organismo Promotor de Exportaciones e Inversiones de El Salvador (PROESA) durante tres años, para luego dar un salto al Ministerio de Economía.
En este contexto, con un gran ímpetu y pasión por lograr cambios significativos a la sociedad, Karla ha sabido cosechar éxito tras éxito. A sus 36 años, y con 15 años de experiencia laboral, la licenciada en Economía y Negocios de la Escuela Superior de Economìa y Negocios (ESEN), ostenta en su hoja de vida una variedad de cargos, habilidades y destrezas que van desde pasar varios años en un proyecto del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington, Estados Unidos,hasta ser parte por nueve años del sistema de USAID en El Salvador; 5 años implementando proyectos y otros cuatro trabajando en el diseño de proyectos de generación de empleos.
Este último la vio crecer durante 5 años mientras diseñaba proyectos para la generación de empleo, fortalecía cadenas de valor de pequeñas empresas y hasta ser una experta en temas de género, esta experiencia la llevaría a establecer relaciones importantes con alianzas a nivel internacional y ser una férrea de defensora de las mujeres empresarias.
“Fui bendecida con trabajos que buscan ayudar a la sociedad y también bendecida con tener no solo grandes líderes empresariales, sino grandes mentoras de vida y qué gran satisfacción haber aprendido eso de mujeres con gran personalidad y vocación de servicio para el país”, expresa Segovia.
Una nueva versión de impacto compartido
De cara a su proyección social, Karla se siente muy comprometida en desarrollar su papel de mujer profesional en el país. En sus cargos anteriores, así como el actual, trabaja para fortalecer las áreas de empoderamiento económico, acceso a la educación y establecimiento de aliados en zonas de vulnerabilidad. Karla trabaja para facilitar oportunidades de educación, salud, nutrición y desarrollo y desea promover condiciones favorables en cuanto a la educación y el empoderamiento económico de las mujeres y más aquellas que viven en condiciones poco favorables.
Desde antes de empezar a trabajar en FUSAL, se sintió muy agradecida por ser parte del proceso de selección. Una vez estando en el escritorio donde lidera esta organización, Karla, originaria del departamento de San Miguel, entendió que FUSAL no se trata solo de una organización con colaboradores de gran potencial, sino de una familia con valores alineados con la empresa y que cada uno se integra es una pieza fundamental que ha sido seleccionado con gran esmero para seguir sumando logros.
“En estos meses he aprendido no solo a conocer al equipo de manera profesional, sino también personal. Sé que nuestra plantilla de más de 80 personas impregna de su vocación, profesionalismo y pasión en cada proceso desde las diferentes áreas de práctica”, añade Segovia.
Ella considera un gran honor liderar esta nueva versión de la organización en la que se busca implementar una visión de impacto compartido con diferentes stakeholders. La idea es crear alianzas ganar ganar y, por ende, crear un valor para ambas partes y un impacto en la sociedad. A partir de la reestructuración que hubo a finales del 2019 en FUSAL, ella afirma que es necesario reinventarse y hacer un análisis base cero, con el fin de hacer cosas más innovadoras a partir de la autocrítica.
Realmente fue más una evolución del modelo de intervención de Primera Infancia lo que logró hacerlo más eficiente y con mayor impacto. Fue a partir del análisis de procesos que se ha fortalecido el programa con nuevas técnicas como la estimulación temprana, un desarrollo infantil adecuado e integral y desde luego el control nutricional y de salud que siempre ha estado presente en el programa. Otros líneas de acción como “Calidad Educativa” y “Desarrollo Local” visten de gala en este proceso de cambio para El Salvador y a las zonas más vulnerables.
“Ayuda Humanitaria” sobresale como la columna vertebral de la fundación y que trabaja en conjunto con los demás programas. Aquí se impulsa la ayuda en el área de salud y donde se crean grandes impactos ya que se atienden personas que padecen hemofilia, cáncer, problemas de movilidad y se hace abastecimiento de insumos a hospitales.
La misión de Karla es que en 5 años se pueda lograr que los programas de FUSAL sean escalables a nivel nacional, pero hace hincapié que para lograr esto se necesita la colaboración de actores que ayuden a permear esta idea a todo el país. Ella explica que lo más importante es que los programas son diseñados para ser sostenibles desde el día uno y que con la ayuda de actores locales se pueda madurar los procesos. Esta empresa tiene una gran trayectoria de labor humanitaria y tiene un énfasis basado en evidencias, es decir, que todo lo que se lleva a la práctica ha sido comprobado que sí funciona y que traerá beneficios a las personas alrededor de la zona donde se implemente.
Ella asume el reto, “me siento desafiada y comprometida. Y sé que con todo el equipo sabremos hacer cosas significativas. Nos produce una gran satisfacción ver que nuestros procesos y logros son admirados también fuera de estas fronteras y es necesario entender que estos modelos son replicables y sistematizados no solo en otras zonas a nivel nacional, sino en otros países. Ahorita estamos migrando a un nuevo modelo que sea más amplio, de mayor alcance y por supuesto, replicable”, dice.
Sinergias empresariales
Cuando se le pregunta si cambiaría algo en los negocios en la forma en que se desarrollan actualmente, Karla aclara que el sector privado no es una entidad fría ni alejada de la realidad salvadoreña, más bien, es una entidad con una agenda muy agitada y con poca claridad sobre cómo y en qué poder ayudar. “Creo que es sumamente importante que existan espacios en las empresas que invierten en impacto social se dejen guiar por organizaciones como FUSAL que tienen conocimiento de necesidades en zonas vulnerables”.
Ella sugiere crear esos espacios y mesas de diálogo para reconocer aliados que le permita al sector privado acercarse a la realidad e iniciar con un plan de acción. Hay muchas maneras en las cuales se puede ayudar al país más allá de la contribución económica, la experiencia, conocimiento y convertirse en embajadores puede llegar a potenciar algunos proyectos y a resolver problemas especialmente en las áreas de salud y educación. Dos áreas que FUSAL está fuertemente comprometido en ayudar a resolver.
Lo más importante es tener la disposición de abrirse al diálogo y así ayudar y conocer cómo ellos pueden ser partícipes al cambio de un mejor El Salvador; y FUSAL tiene la capacidad de reconocer esas realidades que necesitan ayudan y a través de la guía de la organización que es posible catalizar el apoyo del sector privado para generar cambios. “En FUSAL somos sensibles a la desigualdad de oportunidades y a los problemas de extrema pobreza. Traer soluciones a la mesa es lo mejor que hacemos”, destaca Segovia.
Finalmente, Karla no esconde su deseo en formar parte de los agentes de cambio que mejoren el desarrollo económico de la sociedad salvadoreña. “Me encantaría escuchar que logramos ser un país de oportunidades para todos, que existan alianzas por parte del sector privado a partir de la creación de mesas de diálogo con empresas como FUSAL que sabe qué áreas son las que más ayuda necesita el país”, concluye.
“Ser guardianes de amor”
En una dimensión más personal, nos comparte su satisfacción de ser madre y formar a una hija que la describe como la mayor satisfacción de su vida. Leonor, su hija de 5 años, recibe una educación menos tradicionalista y más vanguardista, donde el ser independiente, crítica, respetada y escuchada es algo importante en su educación. “Los métodos tradicionales no son beneficiosos para los niños, no les permiten tener retroalimentación y ser escuchados”, explica Karla.
Leonor, a su corta edad ya negocia sus castigos, es alguien sumamente inteligente, enérgica y apasionada como su madre y actualmente escuchan el libro de Harry Potter cada mañana. “Los niños saben lo que quieren, como padres solo debemos interpretar eso sin imponer nuestro criterio y gustos personales sobre lo que ellos desean”, asevera.
Para Karla, la maternidad es como cuando se inicia una maestría ya que son nuevos retos, conocimientos y nuevas formas de balancear la vida y más siendo madre soltera, ya que esto requiere un doble trabajo. Como una persona autodidacta, Karla siempre ha gustado de la lectura desde su infancia, y es por eso que no dudó en instruirse lo necesario sobre la maternidad y esto la llevó a darse cuenta que en El Salvador la mayoría de familias son monoparentales y hay mucho sacrificio al dejar de lado lo profesional para ser madre. “Leer me ayudó a tener un acercamiento con la realidad y a sensibilizarme sobre lo que realmente es ser una familia y la importancia que tiene el mercado del cuido”, exalta.
La sonriente madre y profesional comenta que lo mejor que puede darse a los hijos amor y procurarles el su bien y no hacer caso a aquella expresión que las familias ideales son las formadas por papá y mamá. Para ella, lo más importante es que cada criatura se rodee de personas que aporten a su vida y le permitan desarrollarse de manera plena y feliz. El reto está en crear sociedades más abiertas que acepten la diversidad, y al eliminar estereotipos se hará un cambio positivo a la sociedad y a la educación de las futuras generaciones.
Logros y educación continua
· Karla es licenciada de la Escuela Superior de Economía y Negocios, con Postgrado en Políticas Públicas, 2015. Realizó su MBA en la Pontificia Universidad Católica de Chile en el año 2012.
· En abril 2015 fue seleccionada para ser parte del Rising Talent Program 2015 del Women's Forum for the Economy and Society.
· Fellow, en la comunidad de Global Shapers, del Foro Económico Mundial (www.globalshapers.org), 2012-2016.
· Fundadora y miembro de la Fundación DTJ desde 2013.
· Parte de la plataforma Medium, donde publica valiosos tips de parenting, educación y salud.
Con sello propio
· Último libro leído: Tiempos Recios de Mario Vargas llosa
· Música que le gusta: Bossa Nova
· Mejor forma de liberar estrés: leer y dormir
· Sitios especiales donde gusta escaparse: la playa
· Platillo favorito: comida de la India
· Deporte: patinaje
· Personaje que admire: Carmen Aída Lazo, porque “pasó por un momento de valentía importante y me hizo admirarle más. Mujeres como ella son las que necesitamos”.
· Su mayor sueño: ver a mi hija triunfar
· ¿Qué noticia le gustaría escuchar?: que en este país hay cobertura universal en el tema de educación temprana.
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