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La ministra de turismo y su enfoque diferenciador

  • 05 Mar 2020
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La ministra de Turismo, Morena Valdez, descubrió el surf hace diez años. Al principio le generaba temor, pero luego de tomar el riesgo descubrió una conexión indescriptible con las olas, a las que ya no quiso renunciar. Hoy lidera el proyecto Surf City, un diferenciador turístico con el que espera catapultar al país a nivel internacional.


Fue un amigo extranjero el que la invitó a vivir por primera vez la experiencia de las olas en su cumpleaños número 35. “No puede ser que vivas en el paraíso de las mejores olas del mundo y ni siquiera te metas al mar”, le dijo en esa ocasión. “Yo era la típica salvadoreña que iba a comer a la playa y me regresaba sin siquiera meterme al mar, porque desde pequeña me habían dicho que eso era algo peligroso”, recuerda Valdez.

 

Ante la insistencia de su amigo, logró vencer el pavor que le daba, se introdujo al agua y balanceándose sobre las olas encontró la mayor conexión con la naturaleza que pueda haber. “Desde entonces, ya no quise salirme del agua nunca más, porque es una sensación de poder convivir y no preocuparte por nada más que solo remar. Es, a la vez, una desconexión total del mundo exterior”, cuenta, sonriente, elocuente y dejando ver que una de sus mayores características es la de asumir riesgos.

 

Así lo demuestra en la actualidad, pues como ministra de Turismo de la administración del presidente Nayib Bukele lidera el proyecto Surf City, una apuesta ambiciosa pero también diferenciadora que rompe paradigmas sobre la manera en que se ha venido manejando el tema turístico en el país, y con la que se pretende posicionarlo como un paraíso de surf único en el mundo, con las olas más constantes, sin tiburones y con el agua siempre “calientita”.

 

Sin miedo a diferenciarse

Es todo un reto, sí. Pero Nayib Bukele le ha dicho: “ministra, no le tenga miedo a diferenciarnos en algo”. Como somos tan pequeñitos, explica, todos queremos quedar bien con todos, cuando no nos damos cuenta de que somos 21,000 kilómetros cuadrados; y si nos distinguimos por las olas, el que viene por eso irá también al volcán de Santa Ana, a San Miguel por las otras playas, a cenar al Centro Histórico, a disfrutar de un clima agradable en El Pital o a vivenciar la historia de la guerra en la Ruta de La Paz.

 

A su juicio, el gran obstáculo por superar es que los salvadoreños no se dan cuenta de que eso los hace únicos en el mundo, pues nunca han tenido un imaginario colectivo de su país, del que puedan sentirse orgullosos y que les haga decir con entusiasmo: “yo soy de El Salvador”.

 

Eso es lo que han hecho otras naciones, cuyas experiencias Valdez ha podido conocer. Por ejemplo, Costa Rica se identifica con el ecoturismo y Perú lo hace con Machu Picchu y su gastronomía. “Los salvadoreños no debemos tenerle miedo a un valor diferenciador, porque a partir de este los turistas van a conocer todo lo demás”, sostiene.

 

Valdez siempre se ha considerado una promotora natural del país, incluso desde su infancia valoró el hecho de haber nacido en un “paraíso”; más tarde, se dio cuenta de que heredó de su padre esa necesidad de “querer cambiar el mundo”, algo que siempre se lo hacía ver su madre, pues él se había ido para luchar por sus ideales en la “guerrilla”, tanto en Guatemala como en El Salvador. Pero también le ayudó a desarrollar esa sensibilidad el hecho de trabajar en la Organización de las Naciones Unidas, no solo en la perspectiva social de reconocer las necesidades y las potencialidades de la gente y sus territorios, sino el revalorizar los atractivos que posee el país al intercambiar experiencias con personas de otras culturas que lo reconocen de esa manera.

 

El trabajar en un programa de pobreza extrema severa, desde el Gobierno, la llevó a recorrer los municipios más precarios del país, algo que le permitió conocer la realidad en que viven los pobladores en las zonas más vulnerables y, además, entender que se necesita hacer inversión pública en esos territorios, para que ellos puedan aprovechar de mejor manera sus potencialidades.

 

Hay que ordenar la casa


Por eso, Surf City está ahora en la etapa de ordenar la casa, refiere. “Si algo me enseñó trabajar en las Naciones Unidas es que si bien hay potencialidades en los territorios, también debemos darles las condiciones básicas, ese es nuestro primer paso”, dice. Como parte de un Plan 20-30 de Turismo Sostenible, buscan todas las condiciones necesarias a través de cooperantes internacionales y las diferentes entidades del Estado para poder crear toda la infraestructura necesaria.

 

Por ejemplo, el Ministerio de Obras Públicas trabaja ya en la infraestructura vial, con caminos y carreteras. Con la cooperación no reembolsable que el país obtuvo de China, ANDA se enfoca ya en una planta de tratamiento de aguas negras en una de las primeras fases de Surf City. Con las distribuidoras de energía también se coordinan esfuerzos, pues la inversión pública dará certeza para que luego la inversión privada sea posible, con hoteles, restaurantes y otros servicios turísticos para atender la demanda turística con una perspectiva de calidad.

 

“El presidente me ha indicado que debemos apostarle a lo grande, no a nuestra competencia más cercana, sino a países como Colombia y República Dominicana”, apunta Valdez.

 

- ¿Hacia dónde quieren llegar?

 

-Si lo queremos ver en números, al cierre de 2018 recibimos 2.5 millones de turistas, lo que representó US$1,500 millones en divisas. Pero en un plan 20-30 a largo plazo, ¿a cuánto queremos llegar? A recibir entre 7 y 8 millones de visitantes cada año, y que eso nos genere US$4,000 millones en divisas”.

 

Si ahora el sector turismo genera 300 mil empleos directos e indirectos, la idea es alcanzar la cifra de 500 mil en total. Valdez está consciente de que esos cambios no serán perceptibles de la noche a la mañana, aunque ella trabaja las 24 horas y los 7 días a la semana para lograrlo, para hacer que la industria turística pueda gestionarse con un cambio de paradigma.

 

Si se aprovechan los atractivos turísticos de los territorios, si se hace la inversión pública necesaria, si se le dan todas las facilidades a los inversionistas para que estos decidan montar ahí sus proyectos, las personas tendrán acceso a empleo, a una actividad productiva cerca de su casa. “En un círculo virtuoso, lo público se establece, el privado se interesa y hay más empleo para la población”, agrega.

 

El paraíso de las olas


Como conocedora de la promoción turística, algo que cimentó como encargada de Marca País, desde el Organismo Promotor de Exportaciones e Inversiones (PROESA), Valdez cree que algo crucial es que los salvadoreños se den cuenta del valor que tiene El Salvador; pero que también la brecha entre la percepción y la realidad que tienen los extranjeros se cierre. Por ejemplo, en los dos torneos de surf realizados a finales del año pasado, inicialmente muchos surfistas se mostraron temerosos de venir, pero al vivir la experiencia con las olas mostraron su interés de regresar.

 

Según Valdez, ya se ha demostrado que los amantes de las olas vuelven no una, sino hasta seis veces al país. “Imagínate lo que eso genera en divisas”, reflexiona la ministra de Turismo. Incluso, algunos se quedan para invertir, porque saben que las olas siempre estarán ahí como un atractivo turístico que nunca los va a defraudar.  

 

Su máximo deseo es que El Salvador llegue a posicionarse como el paraíso de las olas, fortalecido con la infraestructura adecuada y con el valor que le da su gente; pero también es importante, cree, que los mismos salvadoreños reconozcan las ventajas comparativas que poseen en su país.  “Con eso me daría por servida”, sostiene la ministra, quien desde que asumió su cargo ha tenido que postergar sus salidas a surfear, pues está dedicada 24/7 a su gestión turística con un enfoque diferenciador.

 

Todo es posible con actitud

  • Morena Valdez creció en San Salvador, junto a su madre y abuela. fue en ese matriarcado donde le enseñaron que todo puede lograrse siempre y cuando se tenga actitud.
  • Su madre, cuenta, siempre quiso que ella fuera una “niña bien”; por eso, en su infancia la inscribió en clases de piano y de ballet clásico, además de enviarla a un colegio católico donde tuvo una educación privilegiada.
  • Inició su vida laboral a los 17 años en una agencia de publicidad. luego se desenvolvió en una consultora donde se dedicaba a desarrollar proyectos de marketing. también trabajó en la Alcaldía de San Salvador, en la Organización de las Naciones Unidas, en la Secretaría Técnica de la Presidencia durante el Gobierno del FMLN y en el FISDL. Estas últimas experiencias le sirvieron para entender la realidad social del país. Su trabajo más reciente fue a cargo de Marca País, en donde se dedicó a exaltar la imagen de El Salvador ante el mundo.

Con sello propio

 

  • Deporte favorito:surf.
  • Su mejor forma de liberar el estrés:surfeando.
  • Sitio especial para escaparse en su tiempo libre:una playa sin conexión a internet.
  • Un sueño pendiente por realizar:tener una casa de retiro para gente mayor en la playa.
  • Qué noticia le gustaría generar:que El Salvador es el mejor país del mundo para visitar.
  • Su platillo favorito:los mariscos en general.Su libro favorito:La Silla del Águila de Carlos Fuentes.


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