Retos externos del colaborador en el home office

El trabajo desde casa sin duda alguna ha tenido un fuerte impacto en el rendimiento de los colaboradores. En su mayoría, ha sido un beneficio notorio, puesto que permite a los colaboradores reducir el tiempo de viaje desde casa al trabajo, evitar el estrés provocado por el embotellamiento, reducir los gastos en combustible o transporte, gastos de alimentación y, además, tienen la oportunidad de realizar su trabajo desde la comodidad de su hogar sin exponerse a riesgos de contagio por Covid-19.

Pero, no todo es un cuento de hadas para quienes laboran desde esta modalidad, puesto que, supone un mayor incremento de ausentismo y un notable descenso en la productividad.  Y, es que, ahora existen detractores externos que para las empresas y al mismo líder resultan difíciles de controlar:

• Fallas de electricidad por mantenimiento en la zona de residencia de los colaboradores son muy comunes. Aunque la mayoría de las veces es notificada con anticipación, también sucede de manera imprevista.
• Problemas de conectividad son comunes sin importar el proveedor de servicios de internet que se contrate. Siempre se pierde conexión en algún momento de la semana; aunque no siempre comprenda má de unas horas.
• Velocidad de internet inadecuada puede reducir la productividad como consecuencia de la cantidad de personas que hacen uso de la red al mismo tiempo.
• Fallas con los dispositivos electrónicos son las más graves, puesto que de existir fallas técnicas es imposible realizar las labores cotidianas, durante la pandemia hemos visto que el alza en el uso de los dispositivos aumentó considerablemente, lo que provoca que estos mismos tengan fallas o simplemente dejen de funcionar.
• Problemas de salud imprevistos que, pueden -o no- ser ocasionados por covid-19.

Cada uno de estos enemigos laborales son independientes, y en su mayoría también son impredecibles.

Es importante que los líderes empresariales reconozcan cuál es el nuevo perfil de los colaboradores y sobre todo, los retos que enfrenta desde su casa, ya que si bien ahora no son motivos de tardanza o tráfico, los problemas de conectividad están siendo un gran detractor. En definitiva, ya no se trata de las mismas personas con quienes se tuvo contacto antes de la pandemia. Este es el momento en el que experimentan una visión mucho más humana y equilibrada sobre la vida personal y el valor del trabajo. Se busca mantener una buena salud física y mental y se está mucho más cerca de la familia; pero sobre todo se espera un trato genuino.

En 2017 el Workplace Empathy Monitor de la consultora Businessolver, hizo públicos los resultados de un estudio sobre el impacto de la empatía en el trabajo, permitiendo conocer que trae consigo un fuerte impacto en la lealtad de los colaboradores, la productividad en sus periodos de trabajo y el compromiso de los empleados con los objetivos empresariales.

Además, este estudio revelo que, para el 92% de los profesionales de los recursos humanos, la empatía en el trabajo juega un rol determinante en la retención de colaboradores. Del mismo modo, se destacó que al 77% de los empleados no le importaría trabajar mas horas en un lugar de trabajo empático. Del mismo modo, los resultados de la encuesta anual de Businessolver en 2021, muestran que el 70% de los directores ejecutivos considera difícil mostrar empatía con sus colaboradores.

Ya no solamente basta trabajar para una empresa con buenas prestaciones y un salario ostentoso. Se espera encontrar un lugar donde exista libertad y cercanía entre miembros; donde su trabajo sea valorado y se construyan lazos genuinos con cada trabajador. Los roles jerárquicos definitivamente no pueden omitirse; pero esto ya no supone que exista un trato diferencial o deshumanizado para los miembros de la organización.

Es deber del líder fortalecer la cercanía a su equipo de trabajo, no solo cuando enfrente dificultades técnicas, sino también cuando se trate de dificultades personales. La asertividad y empatía al momento de mediar este tipo de inconvenientes, es menester para fortalecer la relación entre los empleados y líderes. Además, esto permite garantizar resultados a largo plazo, al contar un equipo satisfecho y leal a la gestión empresarial.

Es momento de soltar la imagen de líder poco amistoso y que busca generar resultados al presionar a los empleados. Este es el momento justo para fortalecer relaciones, ser solidario y humanizar a las empresas.