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Un contador público de grandes retos

  • 28 Feb 2019
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Se le ve dando conferencias en temas financieros, ofreciendo seminarios en el área de impuestos, impartiendo derecho tributario I y II en la UES, atendiendo clientes nacionales e internacionales en su firma de auditoría y consultoría. En algunos momentos de su exitosa trayectoria también ha recibido reconocimientos como ser nombrado el Contador Público del Año.

 

Rememora a la perfección cada detalle de su vida, en especial cuando de recordar hechos históricos con fechas se trata. A lo mejor es una habilidad que le ha dado la contaduría pública, aunque de todas maneras es una profesión que trasciende más allá de los números. “los números se quedan cortos, es de normativa, de análisis, de regulación que se debe aplicar”, señala.

 

Cañénguez vivió los primeros años de su infancia en Zacatecoluca, departamento de La Paz, en donde estudió hasta quinto grado. Y fue allí que vivió acontecimientos cruciales para su vida, que lo marcaron para siempre. Como el hecho de que su maestro lo promovió para que participara en varias competencias académicas a nivel nacional. Le hizo creer en su mente de niño que era muy capaz y competente. Y eso a él se le quedó grabado, como un fiel recuerdo que la acompaña en cada decisión que ha tomado a lo largo de su vida.

 

Su profesor de primaria también solía decirle: “puedes ser profesional en cualquiera de las áreas que se te ocurra”. Pero por circunstancias de la vida no pudo estudiar medicina, aun cuando le hubiera gustado. Se trasladó a vivir a San Salvador para continuar con sus estudios de primaria y secundaria. En 1972 se graduó como contador de la Escuela Nacional de Comercio (ENCO), y de inmediato ya se hallaba trabajando en un despacho de auditoría.

 

Ingresó a la Universidad de El Salvador para estudiar contaduría pública, a la vez que entró al Ministerio de Hacienda para desempeñarse en el departamento de Auditoría y Fiscalización. Allí trabajó durante 22 años, y en ese tiempo también se graduó como Contador Público y lo llamaron para impartir clases en la Universidad Nueva San Salvador y en la Politécnica.

 

Ya graduado también lo invitaron a dar clases en la universidad donde había estudiado, en donde desde 1990 imparte Derecho Tributario I y II, y en donde en la actualidad trabaja a medio tiempo como coordinador de la materia.

 

Docente y auditor externo

 

Su paso por el Ministerio de Hacienda le permitió ganarse el mote de conocedor de impuestos, y eso lo lleva a liderar el Departamento de Impuestos de la firma internacional BDO, en donde destacó al elaborar un esquema de oferta de auditoría fiscal y financiera, en momentos que estaba por entrar en vigencia el Código Tributario. Ese trabajo lo catapultó más allá de las fronteras, pues en una convención internacional de la firma, celebrada en Venezuela, desarrolló una ponencia sobre los tributos en El Salvador.  

 

Su participación fue todo un éxito, quizás por esa experiencia que ya había ganado como docente en las aulas, una faceta que también le ha dado grandes satisfacciones, en la medida que ha contribuido con sus conocimientos a varias generaciones. “Muchos me dicen que por lo que han aprendido conmigo les han dado becas, o los han ascendido en puestos de trabajo. Eso es algo que incentiva”, sostiene.

 

Luego de tres años de ser parte de una firma internacional, Cañénguez sintió que era el momento de emprender su propio camino. Es así como desde 1999 trabaja para su propio despacho de Auditoría y Consultoría: Cañénguez y Cañénguez, una iniciativa que también ha servido para que sus hijos aprendan a alzar el vuelo en sus áreas profesionales, además de darle valor al proyecto con sus decisiones trascendentales.

 

Tal es el caso de convertir al despacho local en miembro de la prestigiosa firma internacional MORISON KSi, una compañía de auditoría y consultoría con sede en Londres, Inglaterra, con más de 10,300 profesionales y presencia en 84 países. Eso le ha permitido, comenta, tener mayores oportunidades en el negocio desde 2008. “Esto nos ha abierto las puertas para atender a clientes multinacionales, incluso las empresas locales están requiriendo esa condición”, señala.

 

En el mundo de la contaduría pública Cañénguez es reconocido por su especialización en el área financiera e impuestos. Y sobre esos temas se le ve dando conferencias y seminarios muy a menudo. Estas actividades profesionales, además de que lo llenan profesionalmente, le permiten prospectar clientes para su firma.

 

En una de esas actividades en que comparte sus conocimientos un ex alumno le consultó: “¿Cómo ha logrado incursionar en el mercado?”. Él le contesto de la manera más genuina posible: “Pues ingeniándomela, y una manera es parándome al frente de los demás y exponiendo con propiedad. Si los interlocutores ven que manejas el tema eres una posible elección”.

 

Él siempre ha pensado que el docente no tiene que ser egoísta con sus conocimientos, sino trasladarlos a las nuevas generaciones para que puedan triunfar en sus profesiones. Esa visión, y el reconocimiento de su trayectoria profesional por parte del gremio, lo llevó a ser elegido como el Contador Público del Año 2013, por el Instituto Salvadoreño de Contadores Públicos de El Salvador (ISCP). Varias placas y diplomas reflejan una trayectoria de 27 años en la enseñanza y más de 40 en el ejercicio de la profesión de la contaduría pública.

 

Su familia: motivo para superarse

 

Los retos profesionales siguen marcando su camino. Para incursionar internacionalmente con su firma tuvo que estudiar la Maestría en Consultoría Empresarial y Administración, algo que le abrió un panorama más amplio de oportunidades que ha sabido aprovechar. Sus áreas de especialización han llamado la atención de clientes de países como Estados Unidos, Alemania, Dinamarca, India y México.

 

Como todo autodidacta, Cañénguez también se actualiza de manera constante. Y eso lo lleva a estar leyendo con frecuencia, como es el caso del derecho comparado impositivo a nivel regional que por el momento se constituye en una de sus lecturas diarias. “Los clientes hoy en día se informan, y después le preguntan a uno como su asesor, no se puede ir a inventar”, subraya.

 

Para abrirse camino el contador público de hoy debe ser versátil, saber de todo, pero también debe tener especialidades. “Si me preguntan del Código de Comercio algo tengo que decir, del Código Tributario también, de normativa internacional no se diga, como consultor igual”, ejemplifica. Si este profesional quiere ser competitivo tiene que estar actualizado, como efecto de la globalización de la economía y la adopción de la normativa contable internacional.

 

Cañénguez reconoce que sus anhelos de superación están basados en su familia. “Los que sin lugar a dudas me han impulsado son mis tres hijos”, dice. Aunque avanzar profesional y laboralmente haya implicado sacrificar tiempo con ellos, entonces su estrategia fue darles tiempo de calidad y no en cantidad. “Los fines de semana eran para ellos. Les preparaba comida y jugaba con ellos, tienen muchos recuerdos de esos momentos”, agrega.

 

A sus 65 años, a Cañénguez le siguen entusiasmando los proyectos profesionales como el primer día que emprendió su carrera. Como la llamada que recibió de México en días recientes, y en la que le comentaron que necesitaban un especialista en impuestos de su trayectoria, y a los que ya se prepara para atender de la mejor manera. También iniciará a impartir clases en  una Maestría en Impuestos.

 

En su plano personal sueña con hacer cultivos en el campo, como una manera de relajarse. Quizás muy pronto encuentre el tiempo para combinar esa idea con sus actividades laborales y profesionales, porque el retiro aún no es un tema que se discute.



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